Minuto a minuto

Hace 7 días publicamos el Artículo ‘el día 63', que hacía referencia a los días transcurridos desde que la empresa Minera Panamá, notificara al Estado Panameño su negativa de no firmar un acuerdo, donde quedaran claras las condiciones de la negociación y los beneficios que recibiría nuestro país.

Con la llegada del Dios Momo, la farsa del Carnaval resultó el mejor momento para echarle agua a las posiciones encontradas sobre el tema en conflicto, y al ritmo de murga y lentejuelas enfr iar los puntos en discordia.

El entierro de la sardina y con ello el inicio de la cuaresma, nos encontramos con acciones de protesta del recurso humano de la empresa Minera que exige al gobierno el respeto a sus puestos de trabajo de manera frontal, lo que beneficia a la empresa ya que tales presiones laborales incidirían en arrodillar al Gobierno Cortizo en una negociación no cómoda para Panamá.

Es evidente, que las necesidades del sector laboral son necesarias, pero llevar esta situación a una confrontación precipitada entre los trabajadores y la sociedad de la cual forman parte y que los beneficios obtenidos por esa negociación beneficiarían a la población en su totalidad, como ha hecho público el gobierno el año pasado.

Los medios de comunicación han mandado el mensaje de estabilidad que han recibido de parte y parte, pero lo cierto es que la realidad es otra, pues ya han pasado 70 días calendarios sin lograr formalizar absolutamente nada.

El presidente Cortizo se encuentra nuevamente con los reflectores sobre él, obligándolo a tomar una decisión que sea la más clara y oportuna para el beneficio del pueblo y no de las minorías.

Esta decisión no es susceptible de errores, es una actuación que empieza a delinear el camino hacía donde quiere ser recordado, una vez culmine su administración que será recordada por la historia. En otras palabras, esta actuación lo ubicará en la esquina de un patriota o en la esquina de quien se alejó de ella.

El pueblo, perdió la confianza en los gobernantes y en la clase política, simplemente porque se comprometen a una cosa y hacen otra. Si esta simple conducta se llevara al plano familiar de los que gobiernan muchos tendrían familias disfuncionales o destruidas.

Si ello, no lo aplican en sus vidas personales, ¿por qué lo hacen en las nuestras, si como sociedad los llevamos al poder?

ABOGADO