La administración a punto de culminar copó la capacidad de endeudamiento; y publicado como ha sido por la entrante que no recurrirá a más préstamos, para sanear las finanzas públicas hay que: 1) reducir los gastos y 2) aumentar los ingresos tributarios. Lo primero, tiene los límites que imponen las obligaciones salariales y las asistencias económicas fundamentadas en leyes y la necesidad comprobada de inversiones públicas en obras de infraestructura, educación y salud. Lo segundo, puede hacerse por dos vías: 1) creando nuevos impuestos o aumentando sus tarifas y 2) mejorando la recaudación de los existentes.
En la actual coyuntura económica, para el gobierno entrante, por haber ganado las elecciones con el 34.7 % de los votos válidos, necesitado de ampliar su piso político, la creación de nuevos tributos o el aumento de la tarifa de los actuales, no es viable. Por consiguiente, la alternativa sería crear nuevas fuentes de ingresos no tributarios y “apretar” en la recaudación de los existentes, cerrando todas las vías a la evasión y la defraudación fiscal.
La reducción del gasto público y el aumento de las recaudaciones son dos objetivos difíciles de lograr; pero que tendrán que acometerse ineludiblemente. Ahora, ¿cómo se hará? Eso es lo que le corresponderá explicar al ministerio de Economía y a la Dirección General de Ingresos. A los rectores de ambos les traslado las siguientes ideas:
1) Para reducir el gasto: a) recortar a la mitad el presupuesto de la Asamblea b) recortar a la mitad los subsidios electorales c) suspender la compra de vehículos para uso oficial, excepto los estrictamente necesarios para atender emergencias de salud, para los bomberos y la fuerza pública d) autorizar solo los viajes inevitables e) revertir la descentralización que solo ha servido para atomizar y desperdiciar recursos.
2) Para aumentar la recaudación: a) cerrar todas las válvulas de escape usadas y abusadas para pagar menos impuestos b) sancionar con multas aumentadas la evasión y la defraudación fiscal y c) concentrar en “una agencia estatal de cobros” todas las cuentas adeudadas al Estado y las entidades de servicios públicos y cobrarlas por jurisdicción coactiva.
Y si a las anteriores se agregaran: a) la fijación de un precio tope para los vehículos para los altos cargos del Estado, se redujera la cantidad de funcionarios con derecho a carros oficiales y teléfonos celulares pagados, los ahorros serían aún mayores. Y todavía podría haber más rubros donde cortar; solo bastaría que se pidan ideas y les llegarán muchas más.
