• jueves 24 de octubre de 2019 - 12:00 AM

De mamotreto y adefesio

Mamotreto es un objeto o asunto desproporcionado, que no da utilidad sino que estorba o retrasa.

Semejantes, pero no iguales. Mamotreto es un objeto o asunto desproporcionado, que no da utilidad sino que estorba o retrasa. No sirve. Adefesio es lo ridículo y extravagante. Quien viste y se conduce de manera absurda; que habla sin ton ni son y da su opinión sin que nadie se la haya pedido, siendo descabellados sus consejos.

Quita ese mamotreto de allí. Bótalo. No lo votes.

Ese adefesio estorba. Y ese mamotreto también.

Cuando los niños crecían grandes y rollizos, se creía que era porque habían sido criados por sus abuelas (malcriados), quienes los aprovisionaban de mucha comida.

Durante la Edad Media hubo una gran producción literaria en la que se escribieron libros de larga extensión y volumen, calificados de mamotretos.

Este vocablo se acuñó en la Antigua Grecia a raíz del vocablo ‘mammóthreptos' , significado literal era ‘criado/alimentado por su abuela' (mámme: abuela – thretos: criar).

En castellano la palabra se registra por primera vez en el Diccionario de Autoridades de 1734 y su única acepción es: ‘El libro o quaderno que sirve para apuntar y annotar las cosas, que se necessitan tener presentes para ordenarlas después'.

Adefesio surge de ad Ephesios, alusiva a la epístola de San Pablo a los ciudadanos de aquella ciudad de Asia Menor, Éfeso. Hablar `ad efesios` es hablar a la pared. El Apóstol evangelizaba, sin embargo muy pocos lo escuchaban. Los demás, eran adefesios, más interesados en la diosa Diana.

Bota ese armatoste, trasto, cachivache. No sea que te enrede la vida como en Argentina, Ecuador y Chile.

Hoy se construye un adefesio lleno de camarones y cuanto bicho extraño se asoma. Es esperpento, espantajo, grotesco y extravagante.

Disparate, ridículo, desatino.

Periodista, filólogo, profesor