¡Mi madre, mi gran Tesoro!

Siempre que llega la celebración del Día de la Madre, escuchamos la famosa frase: ‘el Día de la madre son los 365 días del año', y es muy cierto. Hoy quiero hablarles de mi madre, sin importar que no estemos en víspera de esta bonita celebración.

Y ¿Por qué se preguntarán? Porque es el mayor tesoro que tengo y estoy orgullosa de ser su hija. Les cuento, mi mamá Amparo (Rosita como todos le llaman) es una mujer humilde, de estudios primarios, dedicada a ser ama de casa. Un trabajo difícil: cuidar de sus hijos, criarlos, alimentarlos, educarlos e inculcarles valores es una labor muy importante y valiosa.

Mi mamá es una mujer con un corazón gigante y nunca le ha faltado amor para todos sus hijos, ella es la responsable que al día de hoy, siempre estemos unidos como familia: celebraciones de cumpleaños, fines de semana, Día del Padre, de la Madre, Navidad, Año Nuevo y en los momentos duros que nos ha tocado llorar y sufrir ahí hemos estado juntos… ella nos ha enseñado a ser honestos y responsables.

No todo es color de rosa. Por supuesto que tenemos diferencias de criterios, nos peleamos, pero eso forma parte de la vida familiar. Al final sabemos que en la mayoría de los casos, ella tiene razón.

Mi mamá es la abuela consentidora, la que defiende a capa y espada a sus nietos, ellos son el motivo que sonría pese a las pruebas que nos impone Dios, como el de perder a un hijo. Pese a las lágrimas, ella sigue dando amor, sigue entregando a quienes hoy la necesitamos y amamos mucho.

A todos los que tengan a su madre con vida, los invito (sin importar si es su cumpleaños o una fecha especial) a expresar con un abrazo, con cuidados y palabras bonitas, lo orgullosos que nos sentimos de ser sus hijos, porque a ella le debemos lo más grande: la vida.

PERIODISTA