• martes 28 de octubre de 2025 - 12:00 AM

Los privilegios de ‘los intocables’

El tratamiento especial que algunos personajes reciben de parte del Estado, genera el lógico rechazo de la comunidad. La Constitución prohíbe los fueros y privilegios, pero el alcance de este principio no puede desconocer las desigualdades sociales existentes, situación que muchos ocultan para no encender la “peligrosa” lucha de clases.

También exaltamos que el “poder público emana del pueblo”, pero esta pomposa aseveración, porque en el concepto pueblo han de incluirse a “ricos y a los pobres”, cuyos intereses vitales no son fáciles de armonizar institucionalmente.

La democracia posee las virtudes suficientes para como para crear esos acercamientos, así como los defectos para inutilizarlos. En medio de un escenario político en el que las élites conjuntan su poder para que el Estado sea el custodio de sus privilegios, en tanto que las mayorías dispersas esperan que el gobernante sea su protector, la democracia no funciona.

Esta controversia queda reducida a un asunto de fuerza, entre los sectores enfrentados, pues quien mejor la utilice, recibiría el tutelae incondicional estatal. El influjo atomizante de los “politiqueros” y de los “funcionarios demagogos”, han logrado que las mayorías hayan perdido consciencia de su precaria posición ante el poder. De ser titulares de derechos que debe atender el Estado, terminaron mendingando auxilios públicos.

Nada sucedería si culpáramos de esto al “poder político y al económico” del fracaso operativo y dirigencial de los partidos políticos, gremios profesionales y la sociedad civil. La crisis de gobierno, amenaza con empobrecer a alta velocidad a las mayorías y a “la clase media”, y como diría el clásico Chapulín Colorado, ¿quién podrá defendernos?

Todo esto ha consolidado el poderío de las élites, y todos los demás hemos quedado a merced de las “ánimas”. Por miedo o conveniencia, nadie llamar a luchar por el “arroz, poroto y carne”, y quien alza la voz, de seguro se prepara su repertorio de cuentos para las próximas elecciones.

Las masas desorientadas, ya dejaron de ser un problema, y ahora sin su resistencia, no solo impondrán “Presidentes, HD. HR y HA” adeptos, sino que recuperarán todos sus privilegios de clases perdidos, sin que a eso podamos llamarle corrupción.