La Gestalt es una corriente psicológica y también una corriente de pensamiento surgida en Alemania.
La Gestalt nos dice que nuestro cerebro tiene la capacidad de ordenar los distintos aspectos de nuestra vida y los percibe como un todo.
Los distintos aspectos se reciben mediante procesos. Todo proceso tiene un inicio y un final, e importa sobre todo este último, por eso se desarrolla la ley del cierre, que dice que la mente tiende a cerrar los ciclos y lo debe hacer de forma completa.
Cuando iniciamos algo en nuestra vida, ya sea una relación, un proyecto personal o la vida, esta tiene que pasar un ciclo que debe completarse. Nuestra mente tiende a cerrarlo aunque esté incompleto. El mejor ejemplo es cuando una persona fallece. Podemos vivir un duelo de forma sana o traumática, depende de cómo se cierre este proceso: si nos damos el espacio para vivir nuestro dolor y sanar con un recuerdo que no nos dañe o incluso nos alivie, lo habremos cerrado de forma completa y nos damos cuenta de que ha sido así al notar que los recuerdos de esa persona son bonitos, no duelen.
Igual pasa con el fin de una relación amorosa. Cuando se inicia, puede desarrollarse en un matrimonio, y acabarse mediante un divorcio. Esa relación debe cerrarse de una forma completa, en la cual las partes hagan un balance de lo que ha sido su vínculo a lo largo del tiempo.