- viernes 24 de febrero de 2023 - 10:00 AM
Las lecciones de una guerra sin sentido
Hace algunas semanas me preguntaba ¿cómo sería la humanidad sin guerras? Desde el punto de vista de la población mundial estaríamos al borde de situaciones extremas por conseguir agua, alimentos, medicinas.
Los sistemas colapsarían ante la presencia de miles de millones de seres humanos exigiendo los servicios básicos. Pareciera que las guerras, los sucesos naturales y las enfermedades se complementan para equilibrar el crecimiento de la población. Ahora, dicen que somos más de ocho mil millones de personas en este planeta.
Algunas personas piensan que las élites más poderosas se han aliado para buscar la forma de frenar ese crecimiento desmedido. Ponen el ejemplo de la pandemia reciente como una de las herramientas para lograr esos fines macabros.
También suman, a estas iniciativas, a la defensa y crecimiento de las campañas para que el mundo entero sea homosexual. Argumentan, algunos que esa sería una salida para minimizar el impacto de una población que cada día demanda más.
Hombre con hombre y mujer con mujer no paren. Allí no habrá embarazo alguno y la población disminuirá… Esa es la hipótesis que se plantea en estos momentos.
¿Que nos dejó la primera y segunda guerra mundial? Si lo analizamos, desde el punto de vista humanitario, podemos asegurar que nada. Las naciones se levantaron por intereses desmedidos de líderes que en algún momento rayaron en la locura.
Veamos el presente, donde hace un año, en horas de la madrugada, el presidente de Rusia lanzó el primer ataque contra Ucrania. ¿Cuál fue el motivo? Hojeando algunas publicaciones me encuentro con documentos donde se habla que los miembros de la OTAN se comprometieron a no rebasar las líneas de influencia.
¿A quién le va a gustar que sus enemigos tradicionales estén en el patio trasero o delantero? Recuerden la crisis de los misiles de 1962 donde casi se desata la tercera guerra mundial. En esa oportunidad la Unión Soviética, compuesta por varias repúblicas, y a pedido de Cuba, pretendió colocar misiles en esa isla del Caribe. Esa locura jamás lo permitiría Estados Unidos. Si no lo impidiesen, los gringos no dormirían tranquilos al saber que misiles de alcance largo estarían apuntando contra ciudades importantes de la unión americana.
Si este es el argumento de Putin hay que analizarlo con cuidado, sin las posturas extremas de quienes salen en defensa de Occidente y atacan con fuerza a Rusia.
¿Qué pasaría si de forma alegre Putin permite que Ucrania pase a formar parte de la OTAN? Pasaría lo mismo con el tema de los misiles de 1962. Rusia tendría, en una de sus fronteras, una cantidad de armamento que estaría apuntando al corazón ruso.
Recuerden que Ucrania, al igual que muchas naciones del Este, formaron parte de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y este dato hay que tomarlo en cuenta para los análisis serenos. ¿Quién tiene la razón en esta guerra? Una gran mayoría califica a Putin como el ser más diabólico del momento, pero se han puesto a pensar en que el hombre está cuidando la seguridad de las puertas traseras de su casa.
Esta guerra ya no es entre Rusia y Ucrania, este enfrentamiento bélico desde hace meses amplió el número de sus actores. Recuerdo cómo los izquierdistas extremos rechazaron y criticaron, con dureza, la invasión a Panamá de la noche del 19 de diciembre de 1989. Esos mismos personajes, algunos, los veo callados frente a otra guerra con ribetes similares a la de antaño. Una guerra es mala, catastrófica, diabólica, venga de donde venga sin importar los actores.
Me duele cómo el esfuerzo de muchos años se destruye por un misil, una bomba o un cañonazo. Lamento la pérdida de vidas humanas. Las imágenes de Turquía son aterradoras. Miles de edificios caídos, colapsados, no por una guerra, sino por la respuesta salvaje de la naturaleza.
En ambos casos hay dolor y desolación. Todos, sin distingos de raza, sexo, posición económica o inclinaciones ideológicas, debemos pedir el cese de ese enfrentamiento. ¡Quién se goce o saque ventajas de la sangre que se derrama en estos momentos no merece ser considerado como un ser humano! Comparto un análisis que hacen Emilio Ordiz y Carlos Palomino a través del sitio virtual 20MINUTOSNOTICIAS24.
“El año en el que España se comprometió al fin con la OTAN y aceleró el gasto en Defensa. La OTAN, una organización que muchos daban por acabada y que Putin ha resucitado con la invasión de Ucrania.
El 24 de febrero de 2022 en torno a las 4.30 de la madrugada Putin lanzó la invasión sobre Ucrania después de varias semanas de contactos fallidos con líderes occidentales. Empezaba así una guerra que ahora parece totalmente enquistada y en la que Kiev resiste gracias al apoyo de sus aliados. Moscú, mientras, culpa de todo a Occidente y trata de rearmarse para lanzar una nueva ofensiva.
El conflicto está dejando en Ucrania una huella de horror y destrucción. El plan A de Putin era tomar Kiev, pero ha tenido que recalibrar con el paso de las semanas y ahora las hostilidades se concentran en el Donbás, que por otro lado es el foco principal de la guerra desde el año 2014. Aún así, este año las imágenes de la muerte y el desastre se han visto en ciudades como Bucha o Mariúpol, así como en la central de Azovstal.
Las figuras de Vladimir Putin y Volodímir Zelenski se han erigido, cada una de una manera, con el avance de la guerra. El primero es el gran villano para Occidente, ahora odiado por todos y elevado a la lista de autócratas a los que combatir. En cambio, el presidente ucraniano es un actor convertido en presidente y ahora para muchos en héroe. En sus manos está no solo la resistencia de Ucrania, sino también su futuro.
Además, la invasión rusa de Ucrania ha dejado para Europa una crisis humanitaria sin precedentes, con millones de refugiados y casi tantos desplazados internos. Mientras, las cifras de fallecidos siguen subiendo y las caídas de militares -así como todos los datos- son utilizados con fines propagandísticos por uno y otro lado, por lo que es muy complicado conocerlos a ciencia cierta.
Dos organizaciones que han tenido que replantearse a sí mismas con la guerra son la OTAN y la Unión Europea. La primera estaba en 2019 "en muerte cerebral", según las palabras del presidente francés Emmanuel Macron. Ahora es el gran soporte de Ucrania en el conflicto y, según Joe Biden, "está más fuerte que nunca". Por otro lado, la UE ha tenido que replantear del todo su dependencia energética de Rusia, romper tabúes como el envío de armas o reabrir el debate sobre su ampliación.
El futuro es muy complejo de adivinar porque la vía diplomática está completamente cerrada y solo Turquía se puede elevar como un mediador fiable. Mientras, existen muchas dudas sobre el papel de China y los mensajes se repiten una y otra vez: la guerra va para largo.”