• lunes 18 de noviembre de 2024 - 12:00 AM

La puntualidad es respeto

Cada vez vale más el tiempo de las personas, y por eso debemos respetarlo

Los panameños tenemos fama de ser muy impuntuales, al punto de que se ha acuñado para nuestro detrimento “la hora panameña”.

Para los extranjeros y especialmente, los diplomáticos, esta práctica es irritante, acostumbrados a estar a tiempo, a comenzar a la hora señalada un evento, cumplir con los horarios.

Si antes la hora panameña era, simplemente, una forma de vivir, ahora se agrava con los tranques, los piqueteos o los desvíos a los que uno se enfrenta cada vez que se aventura a salir a la calle. Si dependemos de los transportes alternativos, como son los taxis y plataformas como Uber, se agrava el asunto. Uno tiene que echarle al trayecto, que por mucho que te diga el asistente de conducción que llegarás en tantos minutos, tienes que tomar en cuenta que lleguen a buscarte, que sepa dónde va el conductor, que se deje guiar –si es que sabes más de dónde quedan los lugares— y todos los imponderables que se puedan presentar. Mejor dicho, hay que salir con mucho tiempo de anticipación. Si coincide con un día de quincena y hora pico, el asunto es peor.

Debemos entender que ser puntuales es señal de respeto hacia la otra persona, o hacia la organización o evento al que se va a asistir. Cada vez vale más el tiempo de las personas, y por eso debemos respetarlo, así como merecemos que se nos respete el nuestro. Si vamos al cine, esperamos que la película empiece a la hora en punto, igual a una obra de teatro, a un servicio religioso o a una conferencia. Entonces, ¿por qué no ser puntuales para citas de comidas, fiestas, conciertos y todo lo que tercie?

Debemos iniciar una campaña que incentive la puntualidad como un deber y un derecho de los ciudadanos. No sé cómo se las habría apañado la comunidad que iba a prohibir a los perros ladrar después de las 7 de la noche.... ¿Qué tal si los perros se tomaban en serio la “hora panameña”...?

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