• domingo 27 de octubre de 2024 - 12:00 AM

La mesa está servida (2)

En “vísperas de chicharrones” como dicen en nuestros pueblos interioranos, los conspiradores conservadores panameños organizados en agosto de 1903, cuando el Senado colombiano rechaza el Tratado Canalero con los EE.UU., ya tenían la voluntad política de aprovechar la coyuntura política nacional e internacional que se presentaba para los panameños.

En las vidas de los pueblos, hay oportunidades que se deben aprovechar y para los panameños por primera vez en 82 años, se presentaba una oportunidad de oro:

1-. El Canal Francés que llenó de trabajo a los panameños y a los trabajadores antillanos, desde 1880 se había declarado en quiebra y trataba de venderle a los EE.UU. la continuidad de su construcción.

2-. La Guerra de los Mil Días en el Istmo (1900-1902), había agudizado las condiciones de miseria. Solo en la Batalla del Puente de Calidonia en julio de 1900, habían muerto por la metralla del Ejército colombiano más de 700 panameños en dos días.

3-. Luego de firmada la paz entre los contendientes, en noviembre de 1902 con la intervención gringa, la esperanza de los panameños estaba en las nuevas negociaciones canaleras entre Colombia y los EE.UU. y salvar la continuidad de la construcción del Canal de Panamá y aliviar la vida de los 350.000 habitantes en el Istmo.

4-. Un peligro acechaba a los panameños, a los ricos y a los pobres en esas negociaciones canaleras. La negación de Colombia en aprobar ese nuevo tratado canalero, ya que la ley norteamericana autorizaba, ante el fracaso negociador, construir el Canal Interoceánico por Nicaragua.

5-. La conspiración istmeña conservadora de agosto no se hizo esperar y los liberales apoyaron la Separación de Colombia a principios de noviembre de 1903. El coronel Esteban Huertas con el Batallón Colombia fue neutralizado y al Gobierno gringo se le pidió no aplicar el Tratado Mallarino Bidlack de 1846 y apoyar a la nueva república independiente que nacería con la unidad entre los dos partidos tradicionales que habían derramado la sangre en varias contiendas políticas. Panamá pagaría ese favor aprobando el Tratado Canalero que Colombia había negado. La mesa estaba servida con valientes y oportunistas.

No hay revolución pura, perfecta, ni santa. La revolución istmeña culitranquea a principios de noviembre de 1903.

Panamá pagaría ese favor aprobando el Tratado Canalero que Colombia había negado. La mesa estaba servida con valientes y oportunistas.
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