• miércoles 05 de junio de 2024 - 12:00 AM

La contaminación sonora en aumento

En los últimos años, Panamá ha experimentado un incremento alarmante en los niveles de ruido, principalmente en la capital, donde el tráfico incesante, la construcción sin pausa y la música a alto volumen son solo algunas de las fuentes que contribuyen a este problema; y es que este tipo de contaminación, a menudo ignorada, donde el exceso de ruido que perturba la tranquilidad de nuestro entorno, convirtiéndose en una amenaza invisible para la salud y el bienestar de la población.

Estudios recientes indican que, en ciertas áreas de la ciudad, los niveles de ruido alcanzan hasta 88 decibeles (dB) durante las horas pico, superando con creces los 65 dB que la Organización Mundial de la Salud (OMS) establece como límite para una convivencia armónica.

La exposición continua a estos niveles de ruido no solo es molesta, sino que también es perjudicial para la salud, ya que puede provocar desde pérdida auditiva hasta estrés crónico, afectando la calidad de vida de los ciudadanos; el ruido excesivo interfiere con actividades cotidianas como el estudio, el trabajo y el descanso, socavando la productividad y el desarrollo personal.

La contaminación sonora, es un enemigo silencioso pero potente, está causando estragos en la salud pública. Los daños auditivos como la socioacusia y la pérdida de audición son solo la punta del iceberg. Los efectos fisiológicos se manifiestan en problemas cardiovasculares, alteraciones del sueño y problemas digestivos, todos exacerbados por el ruido constante que invade nuestras ciudades.

Los efectos psicológicos no son menos preocupantes, con un aumento en los casos de estrés, ansiedad, depresión, irritabilidad y agresividad. Incluso nuestros niños están en riesgo, enfrentando deficiencias cognitivas que afectan su memoria y atención.

Las causas de esta contaminación son variadas, desde el tráfico vehicular hasta la industria y las actividades recreativas. Las consecuencias son graves, incluyendo enfermedades del corazón, respiratorias y trastornos psicológicos.

Ante esta situación, las autoridades panameñas han tomado medidas para mitigar el impacto de la contaminación acústica, como el Decreto Ejecutivo N°306 que establece límites de ruido para diferentes horarios, sin embargo, la implementación efectiva de estas regulaciones sigue siendo un desafío.

Es necesario que como sociedad reconozcamos la gravedad de la contaminación sonora y trabajemos juntos para encontrarsoluciones.

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