- martes 26 de julio de 2011 - 12:00 AM
No a los impuestos sin representación
El grito de batalla que desencadenó la independencia estadounidense fue ‘No taxation without representation’ que se podría traducir a ‘no a los impuestos sin representación’. Si bien fue el detonante de la Revolución Americana, la frase es muy anterior a esta y por ello tenía legitimidad.
Lo que los revolucionarios americanos planteaban era que el Gobierno no tiene derecho a gravar al pueblo con impuestos si el pueblo (o sus representantes) no tienen qué decir en cuanto al nivel impositivo y a cómo se va a usar ese dinero. Hoy en día, este principio es totalmente inoperante en Panamá. El Gobierno no solo pasa los impuestos que le da la gana (léase 7% y otros) sin ningún cuestionamiento de parte de los diputados que deben representar al pueblo, sino que le elimina los impuestos a la minería (con la derogatoria de la Ley 8 sin restablecer los artículos derogados por esta) y nos castiga con dos impuestos ‘clandestinos’: la inflación y el endeudamiento.
La inflación la propicia el Gobierno con los proyectos faraónicos que sobrecalientan la economía y la hacen crecer a una velocidad mayor de la recomendable, produciendo un aumento de los precios y un deterioro en el poder adquisitivo de los salarios del pueblo. El endeudamiento para pagar esos proyectos faraónicos, que está comprometiendo al pueblo a pagar miles de millones de dólares por programas que en algunos casos valen la mitad del precio que están pagando, es una soberana estupidez, para no especular sobre otras explicaciones de índole delictiva.
Todo esto nos llevará a la necesidad de aumentar impuestos o disminuir los programas sociales en un futuro cuando nos toque pagar la ‘fiesta de millones’ que están llevando estos irresponsables. La pregunta clave es ¿dónde están los representantes del pueblo en esta francachela financiera? ¿Quién está exigiendo rendición de cuentas sobre lo que se están gastando de nuestros impuestos y sobre lo que tendremos que pagar cuando los que tienen la llave nos la pongan en la mano?
Pero si los diputados miran para el otro lado – en donde están las partidas circuitales y en donde también se pagan las cosas más caras de lo que valen- ¿quién defenderá los intereses del pueblo? Señores diputados, ¡pónganse los pantalones! Velen por los intereses del pueblo o el pueblo se rebelará contra ustedes. Así como no debe haber impuestos sin representación, cuando los representantes se quedan mudos, entonces no debe haber reelección.
EL AUTOR ES ABOGADO Y PRESIDENTE DEL PARTIDO POPULAR