- martes 01 de abril de 2014 - 12:00 AM
¿Por qué no importa saber cuántos somos?
Con el programa Crisol de Razas, el Gobierno captó valiosa ‘información de inteligencia’, con la que se permitió conocer que ‘convivimos pacíficamente’ con miles de venezolanos, colombianos y dominicanos. De los ilegales poco se sabrá, pero sin duda las cifras de unos y otros pudieran estar parejas. Sin querer, rompimos el indicador mundial de ‘buena voluntad’, pues nos hemos permitido compartir sin control alguno y sin mayores beneficios nuestra riqueza nacional.
El Censo Nacional del 2010 sorprendió a todos, el nuevo Gobierno intentó, sin éxito, establecer el número exacto de esa población de afrodescendientes. Muchos pensaron que el dato importaba para la elaboración de programas oficiales de inclusión del sector. Pero a la hora de las sumas, los números no cuadraron, y luego de muchos escándalos, finalmente la Contraloría decidió dejar en blanco ese segmento. Les conformaba suponer que la población que andaba con el pelo crespo y la piel oscura eran bastante, y ya.
El manejo de ese censo dio muestras del desinterés con el que se concebirían y manejarían las políticas sociales. Si no le interesó al CD saber el número de afros, ¿cómo podía el Gobierno elaborar y ejecutar políticas públicas de desarrollo social? La respuesta del Ejecutivo fue de lo más graciosa; ¿acaso no nombramos negros en el Gobierno? Si por las venas de nuestro pueblo corre a borbotones la sangra negra, las dichosas propuestas del Mimito no se pueden tomar con seriedad. ¿Será por eso que Mimito prefirió no asistir al debate de candidatos presidenciales en el Colegio Episcopal?
Las colonias extranjeras parecen ser la base de apoyo social de Martinell. Sus políticas migratorias así lo demuestran, pues creo que somos el único país en el mundo que facilite la legalización de los foráneos, sin importar si deja de trabajo a un nacional. No soy ultranacionalista ni estamos en contra de que se les abran las puertas a los pueblos del orbe, siempre que no pongamos en riesgo los espacios laborales ni la paila de los nuestros.
* Abogado y docente