- jueves 04 de junio de 2020 - 12:00 AM
El ideario Torrijista
‘Díganme lo malo que lo bueno ya lo sé'. Fue una de las frases cumbres por el interés de conocer las posibles deficiencias en las acciones de su gobierno o sus colaboradores. Ese fue Omar Torrijos, quien promovió y permitió la educación, salud, caminos de penetración y mucho más.
Fue inminente el desarrollo comunitario y el empuje económico desde el campo a la capital y viceversa. Muchos, miles de jóvenes campesinos o de barrios pobres logramos educarnos, producto de la apertura de escuelas, colegios y universidades. Limitadas, generalmente, a las élites económicas y políticas.
Un resumen demasiado breve de quienes hoy, con más de 6 décadas, logramos educarnos, educar a nuestros hijos y obviamente ellos educar nuestros nietos. Quizás más del 60% de los profesionales, en Panamá, pudieran haber sido beneficiados de esa política de apertura democrática a la educación y salud promovida por Omar.
El ideal lo modificaron y en cada lustro varían el escenario político/económico, así cambiaron el razonamiento lógico social de muchos de quienes coadyuvábamos con aquel visionario y soñador. Las generaciones de quienes le seguíamos trastocaron la visión del líder y pelechan económicamente de aquellas conquistas y del corazón de la población, ansiosa de verdaderos cambios estructurales de beneficio social.
La historia se repite en espiral y cada vez somos menos quienes promovemos, de corazón, esos principios de superación generacional de toda la población y no de una parte de ella. El hombre no nace para ser pobre e iletrado, el hombre por naturaleza es un ser inteligente que por falta de oportunidades no logra el objetivo, muchas veces le es robado, arrebatado, desde la cuna.
‘La mujer del César no sólo debe serla, también parecerla.' Desdichadamente, hoy, el insinuar la existencia de deficiencias, abusos o actos que rayan en corrupción, causa molestias a algunos enclaustrados en los órganos de gobierno, de los que no aplican el ideario Torrijista, ideario perdido, lo cual conlleva generalmente al acoso. ¡Dios te salve, Panamá!
ECONOMISTA, EDUCADOR, HUMANISTA.