Los retos que asumió el presidente de la República, José Raúl Mulino, son compromisos serios que deben ser atendidos con suma importancia, no solamente porque son compromisos sociales, sino porque constituyen una deuda con el pueblo que se ha sentido desatendido por otras administraciones.
Temas como la Caja de Seguro Social (CSS), el tema minero, el agua y otros temas de los cuales hemos mencionado en otros artículos de opinión, deben ser analizados con la precisión, porque el alto costo de la vida post pandemia nos ha llevado atener que vivir con una inflación insostenible, provocando prácticamente la desaparición de la clase media.
Estas realidades han llevado a que el arzobispo de Panamá, en diversas intervenciones haga referencia a la soberanía y a deponer las peleas y a unirnos por el bien del país.
Recomendación que compartimos en su totalidad, el actual gobierno tiene la representatividad legitima adquirida en las elecciones generales de 2024, por tanto, esa voluntad popular debe ser respetada.
Surgirán a lo largo del mandado puntos de diferencia que deben ser evaluados y reconsiderados, porque eso es la democracia. Pero lo que si no podemos es pretender llevar al país a un nivel de caos para buscar beneficios para unos cuantos, cuando este país es de todos.
Requerimos cambiar la mentalidad de nuestro pueblo, y de las personas que se dejan influenciar para convertirse en grupos aliados para generar conflictos, y empezar a trabajar hombro con hombro por este país, para de esa manera la inversión extranjera vea con confianza el invertir en Panamá, por ser un país estable donde puedan generar negocios, y con ellos, empleos, salud, educación y mejores condiciones de vida para los nacionales.
Todo esto no se logra sembrando el caos y la anarquía, sino remando todos para el mismo lado. Desde el más humilde de los ciudadanos hasta el más acaudalado de ellos.
El presidente ha dado muestras de querer lo mejor y de poner las cosas en orden, para rectificar las omisiones de otros tiempos, y evitar lo que han hecho otros gobernantes que es esquivar esa responsabilidad.