Hay que gobernar con humildad y sabiduría

Eso pasa con ciertos individuos que no tienen una formación integral desde el hogar. Solo están esperando la oportunidad mínima para demostrar el material corroído del que están hechos. A quienes han tenido la oportunidad de llegar a un cargo popular por elección o nombramiento les recuerdo que cinco años pasan rápido.

Al observar el comportamiento de algunos funcionarios no sé si existe el deseo real de hacer lo correcto o de taquillar en las redes sociales con actitudes pueriles. Jamás se me olvidará cómo llegaron varios del Partido Revolucionario Democrático con el triunfo de Laurentino Cortizo. Venían con sed de poder para saciar apetitos personales. Tengo nombres en ese mundillo nefasto, pero dejaré que cada uno cargue con esa conciencia que será su cárcel eterna. Y miren cómo quedó el gobierno pasado.

El presidente Cortizo se cansó de repetir la década perdida, para referirse a las administraciones de Varela y Martinelli y miren cómo nos dejó su mandato.

Cuando el PRD subió al poder, después de 10 años en la lama, los planetas se alinearon para provocar un acto circense en la Universidad Marítima Internacional. Y para que ello se diera contaron con la postura complaciente de alguno que otro magistrado de la Corte.

El fallo, aunque no lo compartí, se respetó. Sacaron al rector Aládar Rodríguez quien había sido electo por una amplía mayoría. Cuando se daba el desenlace, en una oficina de Educación, ubicada en Clayton, un señor alto y pasado en libras de apellido Garzón le gritó al Rector ¿usted que hace aquí... usted ya no es la autoridad en la UMIP?

Eso me dolió. No era el momento, ni la forma, pero ese solo fue un detalle de quienes llegaban al poder. Se le olvidó a este caballero el principio administrativo de que nadie debe abandonar el puesto mientras no haya reemplazo y en ese momento no se sabía quién iba a ocupar el cargo de Rector. Fue bajo, ruin, nefasto lo que allí pasó ante el silencio cómplice de quienes tenían el poder. Y miren las paradojas de la vida, ahora, ese Rector que sacaron de la forma más grosera dirige un departamento en la Autoridad Marítima Internacional que pesa mucho sobre el funcionamiento de la UMIP.

La humildad en el cargo, sin importar la jerarquía, debe ser el norte. Reconocer lo bueno también. Si tienes valor para denunciar lo que encuentras mal, también debe existir la fuerza para gritar lo bueno que se hizo en los últimos cinco años. De eso hablaré con más calma. Dios nos bendiga.