- domingo 16 de febrero de 2014 - 12:00 AM
El general Omar Torrijos Herrera
Nace el 13 de febrero de 1929, en Santiago de Veraguas, de padres maestros, y se educa en la Escuela Juan Demóstenes Arosemena, formadora de educadores y cuna del Movimiento Revolucionario del interior del país. Su provincia estaba caracterizada por dos extremos, los que tenían muchas tierras y los excluidos.
Palpó en forma directa la pobreza, el hambre y la injusticia. En su alma máter se relacionó con líderes estudiantiles que soñaban con una Patria soberana.
Estudió la carrera militar en el Salvador y se incorporó a la Guardia Nacional en 1952. Participa en el golpe militar contra el presidente Arnulfo Arias en el 68, y en 1969 regresa de México y asume la jefatura de la Guardia Nacional.
Se reunía con los trabajadores, estudiantes, campesinos, empresarios, intelectuales y ese fue el método que caracterizó su liderazgo, por lo que se gana el respeto de los distintos sectores de la sociedad.
Decía que su filosofía era extraída del Panamá profundo, que lo haría crecer permanentemente, producto de la sinceridad, del lenguaje corriente y transparente que lo hizo más humano y con una profunda fe cristiana.
No tuvo reparo en reunirse con la izquierda y la derecha e hizo grandes amigos en los países no alineados y decía: ‘Ni con la izquierda ni con la derecha, con Panamá.’
Su mayor legado: el patrullaje permanente, en el que dialogaba con el campesino e indígenas, en su propio lenguaje, en los ríos, en las montañas, en los cerros y en las cordilleras, rompiendo ‘el diálogo de piedra.’
En 1973 consigue la resolución de las Naciones Unidas en apoyo a la recuperación de la antigua Zona del Canal, concretada en 1999, con la firma de los tratados Torrijos-Carter en 1977; logro extraordinario que lo proyecta como uno de los líderes más importantes del siglo XX.
¿Cómo consigue un acuerdo de este tipo con Estados Unidos y Panamá se convierte en país libre y soberano? Internacionalizando nuestra aspiración y colocándola al lado de los anhelos de libertad de los otros pueblos del mundo.
Murió a los 53 años, con una carrera pública de 12 años. Y al hablar de la historia de este país, se hace siempre mención de su nombre.
Creó el Centro Financiero Internacional, graduó a maestros becados para erradicar el analfabetismo, abrió caminos en el campo, construyó el Gimnasio Nuevo Panamá, Estadio Revolución, Aeropuerto de Tocumen, ATLAPA, autopista Panamá-Chorrera, puerto pesquero Vacamonte, Oleoductos Chiriquí, Ingenio La Victoria, Cemento Bayano, hidroeléctrica Bayano, y construyó escuelas porque creía en la educación para nuestros niños y nuestros jóvenes.
Y solía repetir: ‘Si educas al niño, no castigarás al hombre,’ gran antídoto para salir de la pobreza.
*EXCANDIDATA PRESIDENCIAL DEL PRD