• martes 12 de julio de 2016 - 12:00 AM

Las generaciones del futuro

El Estado anuló a la familia, al extremo que monopolizó el compromiso de formar a los menores y jóvenes

Si nuestras inquietudes por un mejor país, aparecen cada cinco años en medio del calor de las elecciones generales, el futuro del país está ‘en veremos'. Y si son las ventajas personales lo que orienta nuestra preferencia por los temas nacionales, el espíritu nacional hoy se encuentra en estado comatoso.

Si entendiéramos que la actividad económica que se desarrolla hoy y mañana en torno al Canal, debiera potenciar al máximo, todas las posibilidades y competencias de los panameños, entonces la educación nacional en general, debiera organizarse sobre esa variable. Nos toca decidir con responsabilidad a los adultos, lo que nuestros estudiantes necesitan ‘saber', y no los estándares que con ocultas intensiones, los organismos internacionales nos sugieren.

El Panamá de los edificios majestuosos y las amplias avenidas, es parte del legado que heredarán las generaciones del futuro. Es fácil augurar que la riqueza en manos inexpertas, en poco tiempo se dilapida. Si eso sucediera, mucha irresponsabilidad le cabría a las generaciones del presente, por no haber preparado al relevo generacional para los retos de su presente.

La preocupación de muchos por la presencia masiva de extranjeros, y las posibilidades materiales que el país hoy les ofrece, es una respuesta muy cómoda, pues por todas las vías disponibles debemos fortalecer el compromiso fundamental de los adultos en hacer que el beneficio nacional sea para todos los panameños, de todos los tiempos.

¿Qué es lo que el futuro exige que los jóvenes del presente conozcan? De lo que estamos seguro es que nuestros jóvenes no están preparados para mantener no defender la independencia ni la riqueza nacional. El panameño del futuro, podrá sobrevivir socorrido por la gran tecnología, que para colmo de males, no producimos.

El Estado anuló a la familia, al extremo que monopolizó el compromiso de formar a los menores y jóvenes. En el conflicto entre la moral y la ley, la balanza se inclinó por la norma jurídica. Y en este proceso, el Estado nacional terminó rindiéndole pleitesía al orden internacional. Pensar con seriedad en lo que será la sociedad humana del futuro, no es jugar a la ciencia ficción; es pensar en la Patria.

Abogado

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En el conflicto entre la moral y la ley, la balanza se inclinó por la norma jurídica.

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