La conducta de la fauna es fascinante, la observación del comportamiento de los animales resulta una forma de docencia para mí. Muchas respuestas a situaciones de la vida pueden estar contenidas en la interacción de los animales. Solo hay que tener la mente dispuesta para el aprendizaje.
Recién he tenido la oportunidad de ver a una gatita que mi familia ha rescatado, tiene aproximadamente seis meses y, desde el momento en que decidí llevarla a nuestro hogar, se iniciaron las lecciones. Ese animalito hizo todo lo posible para captar mi atención e hizo uso de todas sus artimañas seductoras para que me la llevara.
Luego de unas semanas, nos enteramos de que Titi (el nombre que le pusimos), estaba esperando gatitos. Son cuatro y me maravillo observándola, las gatas son excelentes madres, protectoras, maestras; les enseñan cómo comportarse entre gatos y con humanos. Las gatas mamás son conscientes de que se tienen que alimentar para poder dar de mamar a sus crías y se acicalan, pasan tiempo solas cuando sus crías están alimentadas y regresan cuando es necesario.
Las humanas debemos aprender a querernos a nosotras mismas para poder darles tiempo de calidad a nuestros hijos; ser madre es una responsabilidad, no es el camino para sacrificios que luego pueden ser cobrados indirecta o directamente a nuestros hijos.
Una gata mamá no sobre protege: educa y cuida. La naturaleza es tan sabia que las crías se vuelven independientes cuando están preparadas para cazar y sobrevivir por sí solas en el mundo. La sobre protección en la crianza es dañina y limitante porque no permite el crecimiento.El sentido de independencia que tienen los gatos debe ser imitado por nosotros, los humanos.