• lunes 14 de marzo de 2022 - 12:00 AM

La formación ciudadana 

Las universidades públicas han sido las primeras en abandonar su misión de ser guía en los objetivos de la formación ciudadana

La vorágine de la educación en nuestro país exige una reacción ciudadana. Sin embargo, esta no se produce y las autoridades están empeñadas en cultivar la ignorancia.

Ante este hecho, urge que insistamos en la necesidad de una decidida acción para la formación de los ciudadanos para la democratización y el pleno ejercicio de las virtudes cívicas, hoy desafortunadamente ausentes de los programas educativos, en todos los niveles.

No es posible hablar de democracia si no hay una formación ciudadana con ese objetivo. Hemos pretendido olvidar que la educación es la introducción para la democratización y, de ahí, que promuevan la ignorancia para lucrar impunemente de la corrupción, hoy aupada y venerada por la empresa criminal conjunta que gobierna y su cómplice mayor, la partidocracia.

"La educación política de los ciudadanos, nos dice Amy Guttman, si tiene primacía sobre otros objetivos de la educación pública porque prepara a los ciudadanos para participar y reproducir de forma consciente su sociedad, lo que es ideal no sólo de la educación democrática sino también de la política democrática".

Urge despertar el interés de los estudiantes todos y de los ciudadanos, por los asuntos públicos, así como por las prácticas, valores e instituciones de la democracia. Urge contar con los mecanismos de control ciudadano para evitar tanta irracionalidad en el ejercicio del poder político.

Las universidades públicas han sido las primeras en abandonar su misión de ser guía en los objetivos de la formación ciudadana. Hoy por hoy, favorecen la burocracia, el nepotismo, el clientelismo y oportunismo, como lo demuestran las recientes revelaciones sobre la UNACHI.

Y, aunque los adversarios del constutucionalismo, por ser técnica de libertad, se aferren a negarlo, un proceso constituyente abriría la puertas y la dinámica, para la transformación democratizadora que tanto requiere nuestro presente social e institucional.

Los mismos que han optado por ser fugitivos de la Constituyente, son los que tienen las mismas actitudes contra la formación ciudadana. Es hora de separar el grano de la paja, es hora de ejercer nuestro poder ciudadano, con la dignidad y decisión que estos tiempos nos requieren.

Catedrático en UP