Lamentable la situación que vive Panamá. Nada es sin causas previas.
Cierto que se imponía atender el problema de la Caja de Seguro Social (CSS) que de arrastre venía lesionada, sobre todo en el Programa IVM.
Para enfrentar este problema sensitivo había que ganar autoridad moral. El gobierno salido del engendro “Mulino es Martinelli” ha sido más de lo mismo. Proponían austeridad pero el presupuesto que presentaron, ante una presión de politiqueros tradicionales, aumentó 3 mil millones (de 27 a 30 mil millones). Se discutió sin presentar detalles como que a los magistrados de la Corte Suprema se le aumentaban emolumentos en 4 mil mensuales, aberrante bofetada a la pobreza de un millón de panameños.
El gobierno nombró gente poco íntegra, poco apta y poco ilustrada, allegados como costumbre de los gobiernos de los últimos 56 años para no ir más atrás. Dejó normas para que consulados y notarías siguieran siendo fuente de enriquecimiento injustificado. El rosario de insensateces es largo.
Así las cosas, no ganaron autoridad moral para llevar a Panamá a caminos de ejemplos motivadores. Por qué no podían pasar norma temporal que nadie ganaría más de 5 mil para que el pueblo viera que había intenciones claras de sacrificio que también habría que pedirle al pueblo? Pero la parafernalia y prebendas de los funcionarios altos continuó en los 3 Órganos del Estado. Ilusos o cínicos los que pensaron que el galimatías que es la ley 462 sería tolerada. Y para rematar anuncian que viene la mina y le dan bases militares a los gringos (los del Memorando de Entendimiento dirán que miento porque no han aprobado bases). Nada de esto el pueblo aceptaría, ni siquiera tendría oídos receptivos si antes el gobierno no daba muestras de ser radicales honestos.
Que tenemos hoy? Que el ex magistrado Hoyos le recomienda al presidente que use el Artículo 55 de la Constitución y declarar “estado de urgencia” levantando garantías constitucionales. Esto sería pan para hoy y hambre para mañana.
Siguen sembrando vientos y todos cosecharemos tempestades. El momento se presta para buscar mediadores y que el gobierno se empine sobre sus prácticas tradicionales, conforme un gobierno de unidad nacional y vayamos a Constituyente de verdad, no la de Mulino...