Cuanto mayor es el cargo público más fuerte es la pedrada al fisco. Para el 6 de enero de 2010, nuestro artículo es este medio, bajo el mismo título, exponía algunas ventajas con que cuentan quienes ostentan el poder.
Como el Hijo de Juana, clamaba por la forma de gobernar y aplicar las leyes. “No somos los ignorantes y sin educación de las décadas anteriores a los años 1970”, expresaba.
“Nuestro país se estremece bajo escándalos de corrupción que no paran, por el contrario, se amplifican. El Ministerio Público no escapa a tal situación y es obvio, muchos letrados interpretan a su antojo las disposiciones legales, independientemente la claridad de la ley.” Hoy el caso de la Corte Suprema de Justicia (CSJ).
La población, en el periodo electoral de 2024, intentó hacer un cambio con la escogencia de los diputados y es la razón por la cual hay 20 independientes (Coalición Vamos), no obstante, pareciera que la ansiedad de figurar, falta de experiencia o alguna canonjía, algunos pudieran cambiar el paso de honestidad, transparencia y trabajo en equipo, que es el mandato del electorado.
La justicia está en quiebra. “Cuando es imposible amañar o adulterar documentos o expedientes, se viola la ley y la propia Constitución. Ya parecen rodilleros o papel para uso secundario.”
Por una parte, la palabra imperial, de soberbia y falta de tolerancia del presidente Mulino, así como el utilizar a la Policía para reprimir, confirma nuestra condición de país tercermundista, esclavizado y sin desarrollo económico.
Adicional a ello, el auto aumento salarial de los magistrados de la CSJ, del cual, como gasolina en fuego, chorreará a todos los demás magistrados, dejará al país sin recursos para existir, mucho menos para pagar a los empleados del gobierno, ni atender los servicios básicos que por obligación tiene que brindar el gobierno.
Si a esto agregamos la gallotera formada en la Asamblea, en la escogencia de las Juntas Directivas de las Comisiones, tenemos un país en orfandad total. Dios te salve Panamá.
