- miércoles 06 de diciembre de 2023 - 12:00 AM
De la esperanza y el cambio
Existe un capítulo del Señor de los anillos, de Tolkien, que siempre me conmovió y es el que narra cuando, después de la larga y peligrosa travesía finalmente el anillo se destruye.
Frodo, el guardián y tenedor de la carga que el anillo representa ―según mi lectura, todo aquello que nos encanta y nos puede poseer y destruir― regresa a su villa y se da cuenta de que ya nada es lo mismo. Ansiaba regresar, pero él ya no era la misma persona. Algo en él había cambiado profundamente.
Nuestro país celebró el 28 de noviembre con lágrimas la declaratoria de inconstitucionalidad del contrato minero. Fui feliz porque el derecho no me defraudó, era el camino correcto. Estuvimos a punto de perder el Estado de Derecho y fue el Órgano Judicial el que nos ayudó a caminar hacia la paz social.
Cuando supe del nombramiento de los nuevos magistrados, me alegré mucho, ya que conozco a tres de ellas. Una fue compañera en la universidad, siempre estudiosa y seria; la otra, mi jefa por poco tiempo: fui testigo de su interés y dedicación en el trabajo en nuestra breve relación. La última fue juez de familia y conocí su mirada inteligente buscando la verdad cuando algo no le olía bien.
Esas cosas hacen vibrar. Pero puede que la estela del momento nos haga cerrar los ojos y, al parpadear y sentir la alegría, nos demos cuenta de que ya no somos los mismos, porque algo ha cambiado. El pueblo panameño perseguía un fin, pero el método nos dividió. Debemos encontrar lo que nos une y no lo que nos separe para seguir adelante.
Abogada, mediadora