• domingo 15 de junio de 2025 - 8:00 AM

Entre consignas y realidades

Cada trabajador asalariado que perdió su empleo fue reemplazado en la economía por 3 funcionarios y 10 informales

Según las Pruebas PISA, en Panamá, sólo 1 de cada 100 de los alumnos sabe diferenciar una opinión de un dato, 2 de cada 3 no comprende lo que lee y 4 de cada 5 no es capaz de realizar operaciones matemáticas básicas.

Esto convierte a la población en “rehén” de sus emociones e “inmune” a la verdad, así como susceptible a narrativas emocionales que apelan a sentimientos más que a razonamientos.

Se plantea que la Ley 462 es lesiva para las “pensiones del pueblo”. Sin embargo, desde el 2012, la generación de empleo formal y los mayores aumentos salariales han sido exclusividad del Estado, y los hemos financiado con préstamos. Esto convierte a la consigna de “pensiones de hambre” en una imposibilidad matemática.

Sobre la base del Cuadro 14 del Informe Laboral del INEC octubre 2024 vs agosto 2012, se perdieron 24,174 asalariados privados, al tiempo que agregamos 63,044 funcionarios y 264,153 informales a la economía.

Cada trabajador asalariado que perdió su empleo en ese lapso fue reemplazado en la economía por 3 funcionarios y 10 informales, síntoma del proceso de precarización y estatización laboral más severo de nuestra historia.

93% de la expansión de la planilla estatal fue en Educación 38%, Salud 28%, y Administración Pública 27%. Igualmente, según el Cuadro 25 del Informe Laboral del INEC de octubre 2024 versus agosto 2012, el aumento de salarios en el sector público fue Educación 96%, Salud 65%, y Administración pública 55%, versus un 43% de aumento salarial en la economía.

Para poder tener una pensión digna es preciso tener buenos empleos y salarios, reto complicado cuando desde el 2012 ambos sólo ocurren en el Estado, con plata prestada. Entre el 2012 al 2024 la deuda externa aumentó en más de $40 mil millones. Nos hemos endeudado para financiar funcionarios e informales.

Sobre Bocas del Toro, un país donde las consignas pesan más que las realidades, las calles hacen jurisprudencia y estamos dispuestos a secuestrar una Provincia e “inmolar” a 5 mil familias humildes para demostrarlo bordea en la anarquía y se convierte en un destino “hostil” hacia la inversión privada, nacional y extranjera.

No podemos construir un país destruyéndolo. Será difícil conciliar posiciones, pero debe haber diálogo alrededor de la verdad. La verdad es una sola. Lo que no se mide no existe. Nada que ver con “patriotismo”, sino con matemática.