- jueves 29 de mayo de 2025 - 10:30 AM
El verdadero desafío digital en la educación superior: lecciones desde Venezuela para la región
La última década ha redefinido el tablero mundial. La Inteligencia Artificial y otras tecnologías emergentes irrumpen velozmente, colocando a las universidades de nuestra región en una encrucijada crítica. No se trata solo de adoptar estas innovaciones, sino de cómo. Mis investigaciones en el contexto venezolano demuestran que la mera adquisición tecnológica no garantiza la ansiada transformación.
El verdadero desafío radica en un cambio de paradigma estratégico: uno que priorice la cultura organizacional, el liderazgo visionario y una inversión decidida en el talento humano, adaptada a nuestras realidades latinoamericanas. Solo así nuestras casas de estudio garantizarán su pertinencia y competitividad.
Es un error común creer que el acceso a la tecnología resolverá los desafíos educativos. Mi estudio reveló que la gestión de estas tecnologías es, frecuentemente, reactiva y desorganizada. Las instituciones reaccionan a las novedades o crisis, como la pandemia (UNESCO, 2020), en lugar de anticiparse. Más allá de las limitaciones presupuestarias, la resistencia cultural y la falta de liderazgo tecnológico proactivo son obstáculos tan significativos como la escasez de recursos financieros. ¿De qué sirve tener plataformas de vanguardia si docentes y personal no están motivados para utilizarlas plenamente?
El camino digital no se pavimenta solo con fibra óptica. Un hallazgo contundente fue la brecha crítica en la capacitación del talento humano. La infraestructura es inútil si nuestro capital humano no posee las competencias digitales necesarias (Bates, 2020). La efectividad de la gestión tecnológica está ligada a la preparación y acompañamiento del personal, lo que exige una profunda gestión del cambio. Como señaló Michael Fullan (2016), la transformación real ocurre al invertir en las personas, no solo en las herramientas. Para América Latina, esta es una prioridad.
Frente a este panorama, el liderazgo universitario emerge como factor decisivo. Nuestros hallazgos subrayan que la transformación digital exitosa no es fortuita, sino resultado de una gestión estratégica deliberada. El gerente educativo debe ser un catalizador de la innovación, un facilitador del cambio y un articulador entre visión académica y ejecución tecnológica. Un liderazgo estratégico, como enfatiza Salmi (2021), articula una visión clara y fomenta una cultura de aprendizaje continuo (Mayer-Schönberger & Cukier, 2023).
La experiencia venezolana ofrece una valiosa lección para toda América Latina: la transformación digital universitaria va más allá de la compra de equipos. Exige un cambio de paradigma radical que ponga en el centro la planificación proactiva, el cultivo de una cultura de innovación y una inversión sostenida en las competencias digitales del personal. Es imperativo que las universidades latinoamericanas adapten sus estrategias a sus propias realidades económicas y sociales (García-Peñalvo et al., 2022), asegurando que la educación superior en nuestra región prospere, formando a los profesionales que nuestras naciones necesitan para un futuro más próspero e innovador.
El autor trabaja en la Universidad Nacional Experimental Politécnica de la Fuerza Armada Núcleo Zulia-Venezuela
Lisandrolabrador21@gmail.com