- miércoles 12 de febrero de 2025 - 12:00 AM
El secuestro de la serenidad
La felicidad es para muchos tener una vida serena, que no es lo mismo que disfrutar una vida exenta de dificultades. La serenidad es la máxima aspiración de quienes han reconocido el verdadero sentir del bienestar.
Es una fantasía querer vivir una vida sin escollos, los retos y las pruebas están dentro de la experiencia de la existencia. Sin embargo, vivir con temor de que algo malo acontezca es perjudicial para las personas.
En estos tiempos, hemos experimentado una sensación de gran malestar por los acontecimientos mundiales y la amenaza de un peligro para nuestra paz y soberanía.
La amenaza de vivir situaciones de peligro hace que en la mente de muchos panameños retumben los recuerdos del trauma de la invasión a Panamá. Digo «trauma» porque fue una experiencia que nos causó un terrible temor a perder la vida y, para algunos, el recuerdo de haber sido saqueados. Las experiencias antes descritas quedaron grabadas en nuestra amígdala, lo cual, ante cualquier detonante, hace que se reviva un temor que nos paraliza. Algunos reconocemos ese temor, otros lo bloqueamos y podemos bromear con él a través de los mensajes jocosos del internet.
La invasión causó un trauma que lleva años sin procesarse o, mejor dicho, recién se está empezando a abordar por algunos. Los traumas son silenciosos, duelen y hay que hablar de ellos para asimilarlos.
Cualquier amenaza de pérdida de la soberanía hace vibrar los recuerdos en los sobrevivientes de las gestas patrióticas, que actualmente acarician los ochenta años.
Hay que conocer nuestra historia y abordar aquello a lo que tememos e identificar qué nos corresponde a nosotros como sociedad e identificar qué cosas escapan de nuestras manos.