Rubén Darío Rodríguez Patiño, Profesor y Politólogo de pensamiento político postmoderno, en un encuentro e intercambio de conocimientos habló de Umberto Eco, y compartió un artículo que se referiría a los que acumulan libros y otros que los critican.
Esta lectura nos dejó con la inquietud de saber aún más sobre el autor: ¿dónde nació? ¿Y qué libros escribieron? Esta presentación motivó la investigación de este personaje.
Pudimos averiguar que el eje fundamental de este escritor en sus obras fue la religión, la política y el periodismo. El filósofo Eco Umberto nació en Alessandria, Italia el 5 de enero de 1932 y murió en febrero de 2016.
Fue miembro del Foro de Sabios de la UNESCO y recibió el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades. También fue “Caballero de la Legión de Honor Francesa” y le otorgaron más de 30 doctorados “Honoris Causa”.
En las obras que escribió, tenemos “El nombre de la rosa”, “El péndulo de Foucault” y “Número cero”; dejando un pensamiento que perdurará para las próximas generaciones.
El novelista Eco decía que, para entender la cultura de masas, había que conocerla, incluso amarla. Él era capaz, a través de sus escritos, de ir desde lo más simple hasta lo más complejo. Por medio de una columna de opinión, llegaba al hombre común, pero también hacía lo propio con personajes científicos y especializados. El llamado provocador cultural y político, murió a los 84 años, después de una larga lucha contra el cáncer, nunca se cansó de aprender y de compartir con elocuencia y humor; Siempre decía: “No hay nada mejor que imaginar otros mundos para olvidar lo doloroso que es el mundo en el que vivimos hoy.
Además, solía expresar: “Hay periodismo y periodismos”, decía: “No son las noticias las que hacen el periódico, sino el periódico el que hace las noticias”. Esto lo explica en su obra “El número cero”; siendo una crítica al periodismo, a la internet, ya las redes sociales, porque “son instrumentos peligrosos”.
Señalaba que hace algún tiempo se sabían las fuentes de las noticias, hoy en muchas ocasiones son desconocidas.
El novelista Eco decía que, para entender la cultura de masas, había que conocerla, incluso amarla.
