Tratar de entender el proyecto de ley de la Caja guiado por propagandas estatales es como andar ciego y dejándose guiar por un lazarillo. Pero hay lazarillos malvados que con la gasolina de un medio millón de fondos prometidos tratan de guiar a creer que esta ley es buena.
Mienten diciendo de que no hay privatización, cuando el proyecto dice claramente en el artículo 65 que todos los fondos generales de reserva pueden ir a administradoras de fondos de pensiones, (que hay que pagarles ganancia) de algo que la Caja ya tiene personal experto y que en el PRAA ya ha demostrado lo sabe hacer muy bien. Mienten cuando en artículo 3, consideran que el valor de la colaboración es trabajo en equipo con sector externos, donde puede incluir el sector privado. Y por si queda duda en artículo 42 sobre suscripción de convenios con organismos nacionales o internacionales privados dedicados a salud, la medicina preventiva y curativa. Nos convertimos en un gran negocio de compra de servicios, donde al trabajador administrativo o de salud nacional pueden despedir y considerarlo costoso o considerarlo duplicado o en exceso y reducirlo. ¿Para enviar a hospitales privados con coima incluida? Vea el artículo 84 que modifica el 134, donde se promueve la unificación del sistema de salud con instituciones privadas de salud.
Vea el artículo 86 expresa prestación de servicios del sector privado. O sea, nos dicen que seguirá la fiesta de cirugías estéticas en la privada, ¿ahora pagadas por los asegurados? ¡Esta ley es diabólica! Lo que sigue, hablar de pensiones.