El “camino de tránsito” de Panamá que se modernizó con el Ferrocarril Gringo de 1855 y luego con los trabajos del Canal Francés de 1880, hizo crecer los trabajos, la migración extranjera y la actividad económica en las Ciudades de Panamá y Colón.
Cuando el Canal Francés se paraliza, principalmente por la falta de capitales, son los norteamericanos los que lo van a continuar, conspirando con los conservadores que mandaban en el Departamento de Panamá y que veían en peligro la construcción del Canal de Panamá, habida cuenta que el Senado colombiano había rechazado el Tratado con los EEUU de 1903 para terminarlo. “Jugando vivo” los panameños, hicieron el “cambalache” del Canal Gringo por la República Independiente. Desde entonces, el abandonado Departamento Colombiano de Panamá, se convirtió en una república independiente y dependiente a la vez de los EEUU, prosperando y modernizando la vida de los panameños.
Nadie por muy ciego que sea, podrá negar el progreso de Panamá en estos 100 años del Canal Gringo. Si no hemos avanzado más, ha sido por nuestros propios pecados y porque no hemos logrado forjar grandes proyectos políticos para construir una República generosa con todos sus hijos.
El Canal Gringo construido en Panamá, se hizo a esclusas, para lo cual se necesita permanentemente agua y el agua que se usa para cada tránsito de un barco se derrama, sin poder recuperarla en los mares. O sea, que el día que falte agua para las esclusas, el Canal se paralizará obligatoriamente. Y más problemas vamos a tener, además de que no llueva es por el crecimiento de la flota marítima internacional. En el Canal solo pueden transitar 36 barcos diarios por ahora. Si ello es así, aunque tengamos agua, el negocio marítimo mundial para el cruce de barcos, buscará otras alternativas con más capacidad para moverse, ahorrar tiempo y dinero. Esa flota mundial de hoy que es mucho más grande que la del Canal Gringo y la de la Ampliación Canalera del 2016, no va hacer cola permanente, ni en la Bahía de Panamá ni en la Bahía de Colón, si puede buscar otras alternativas y abandonará la ruta de Panamá.
Nadie, por muy ciego que sea, podrá negar el progreso de Panamá en estos 100 años del Canal Gringo.
