• jueves 14 de junio de 2018 - 12:00 AM

Echa mano de tu fe, ten confianza

Así estemos recibiendo palo parejo, y resulta que no somos tan bravos como creíamos

Me corté al afeitarme y para detener el sangrado usé un retazo de papel higiénico humedecido con agua. Como iba para una reunión, me detuve en una farmacia y compré una caja de curitas redondas, pequeñas. Cuando regresé a casa le mostré la cajita a mi esposa y me dijo: -es que piensas seguir cortándote. –No, -le respondí-, las compré por si acaso-. Sin embargo, cuando Jesús dijo a Pedro ‘yo he rogado por ti, para que no te falte la fe', no lo hacía por si acaso aquel discípulo llegaba a necesitarla: ¡realmente la iba a necesitar! ¿Por qué? Porque el enemigo, es decir ‘Satanás había pedido zarandear a cada uno de los discípulos como si fueran trigo'. Y me llamo la atención hoy en dos detalles: 1- zarandear, también significa en el original: apalear; es decir: iban a recibir palo parejo. 2- aunque, todos iban a enfrentar problemas, Jesús oró por uno en especial: por Pedro –el que se creía a sí mismo como el verdadero bravo de Boston-, para que ‘su fe no le faltara'. Y, no sé tú, herman@ mí@: pero qué bueno es saber que Jesús ha orado por adelantado por cada uno de nosotros, pero por uno en especial –que bien puedes ser tú, que bien puedo ser yo-, para que tengamos la suficiente reserva de fe para salir adelante, bien librados de los problemas, de las crisis, de las pruebas, por muy grandes que sean. Así estemos recibiendo palo parejo, y resulta que no somos tan bravos como creíamos…tranquilo, echa mano de tu fe, ten confianza: ni todo está perdido, ni todo está dicho. El que tiene la última Palabra dijo que ‘eres más que vencedor' y pidió fe para ti –y no lo hizo por si acaso, lo hizo para que salgas adelante...en este momento-.

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