• jueves 05 de septiembre de 2024 - 6:34 AM

Ebullición hidropónica, críticas a la gobernanza democrática

Panamá parece un país en vías hacia la democracia hidropónica. Un “cóctel político” deja entrever el problema de fondo

En fecha reciente la Fundación Friedrich Ebert, realizó la presentación de la Revisa Nueva Sociedad Revista en Papel Nº 311 con la temática Ollas en ebullición: comida, política y cultura. El hecho novedoso durante la presentación fue la participación de lideres juveniles de distintas corrientes políticas. Todos preocupados por la democracia nuestra de cada día.

Entre los jóvenes el concepto democracia hidropónica ocupó buena de las preguntas, comentarios y explicaciones de parte de los presentadores. Según Pablo Stefanoni, en el artículo América Latina: ¿un momento destituyente?, las “democracias hidropónicas” son cada vez más comunes en los sistemas políticos que, aunque parecen democráticos en la superficie, carecen de raíces profundas en la sociedad.

Para los líderes juveniles, en la actualidad existen democracias que funcionan de manera superficial sin un verdadero vínculo con las bases sociales, lo cual resulta en una fragmentación política y en la incapacidad de los políticos para agregar demandas o movilizar a la sociedad para resolver conflictos.

Stefanoni plantea que todo apunta hacia un tipo de régimen político que muestra capacidad y eficiencia, pero sin vínculos directos con intereses a los cuales representar.

Es decir, el sistema político tiene la capacidad de delegar, pero al mismo tiempo tiene la incapacidad para representar.

Según esta perspectiva, los riesgos de los sistemas de partidos actuales consisten en que son cada vez más “hidropónicos”. Es decir, no tienen raíces profundas en la sociedad a la que dicen representar. Este tipo de sistemas tienden a sufrir de manera constante alta fragmentación política y al mismo tiempo una fuerte dispersión de votos, lo cual deja a los ganadores de elecciones sin mayorías parlamentarias significativas

Panamá parece un país en vías hacia la democracia hidropónica. Un “cóctel político” deja entrever el problema de fondo, porque por un lado no existe ni confianza ciudadana en la democracia, ni efectividad de los órganos del estado, ni ejercicio consensuado del poder, mientras que por el otro, aumenta la percepción de2 / 2corrupción y sobre todo, se incrementa el desprestigio político de los actores tradicionales y la deslegitimación política de los operadores institucionales.

Como señalan MRoitman, MAGandásegui y SGonzález la democracia es algo más que los procedimientos, las reglamentaciones, los procesos, la alternabilidad. La democracia sin mirada social, sin capacidad de resolver los problemas de las personas, es un simple juego de manos, sin aspiraciones a más.

La democracia debe desarrollar las capacidades de los ciudadanos para ejercer sus derechos. Amartya Sen dedicó una buena parte de su obra al problema de la libertad que garantiza derechos. Una democracia real es aquella que garantiza derechos.

Pero esa no fue sólo una preocupación de Asen, también fue un tema planteado por GSatori. Para Sartori, la democracia además de elementos sociales y económicos debe asegurar igualdad de condiciones. La participación sin igualdad de condiciones no permite el ejercicio de la libertad y abre paso al clientelismo que no es más que el condicionamiento a cualesquiera de las libertades de las personas.

En síntesis, para que la democracia se consolide, debe convertirse en una forma de vida, en un proyecto con capacidad de respetar, asegurar y garantizar los derechos de los ciudadanos y las personas, tal como lo señalaron los jóvenes en la presentación de Nueva Sociedad. Todo indica que lo nuevo esta en gestación, está en proceso en crecimiento.

El autor es director ejecutivo de Asociación Panameña para el Desarrollo Integral de la Comunicación Social (Apadicos)

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