- sábado 26 de enero de 2019 - 12:00 AM
¿Y después de la tregua?
Cuando la campaña política comenzaba a subir en decibeles, vino como un bálsamo la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud y sobre todo la presencia del papa Francisco con su mensaje de paz, en el hizo un llamado muy específico a los actores políticos para que hagan de su actividad un servicio a la nación, en lugar un servicio a sus particulares intereses.
La política bien entendida y mejor practicada debe ser precisamente eso: un servicio a la nación y muy particularmente a sus sectores más marginados. En los próximos días, cuando todavía resuene el eco de las palabras del pontífice, con seguridad veremos conductas y escucharemos proclamas en las que sus ejecutores y proclamadores se revestirán de buenos propósitos. Algunos lo harán con auténtica sinceridad; pero la mayoría solo para aparentar y en la medida en que consideren que pueden obtener réditos electorales. Estos últimos también podrán pensar que al revestirse de ovejas conseguirán sus propósitos. Sin embargo, no creo que prosperarán. Afortunadamente y para bien, los falsos profetas medran cada día menos. Los pueblos, el panameño en nuestro caso, son cada día más escépticos y han ido desarrollando muy buen olfato para ubicar a aquellos políticos en los cuales depositar su confianza.
Mi consejo, que estoy seguro refleja lo que esperan los electores en los días que transcurrirán hasta la cita electoral, es que pretenden el respaldo de los votantes presenten propuestas realizables, alejadas de la demagogia; que lo hagan con convicción y que transmitan sinceridad. Tal vez los que aspiran a cargos de elección crean que las viejas prácticas pueden seguir dándoles resultados. Los que así piensen se equivocan. Para los próximos comicios el pueblo exigirá más. Quienes sintonicen con el querer ciudadano triunfarán; los que no lo hagan realizarán tarde que la ciudadanía reclama nuevas conductas de quienes pretenden representarla. ¡Así de simple y así de claro!
Abogado