• sábado 02 de diciembre de 2023 - 12:00 AM

Después de la tormenta

De toda esta experiencia vivida con las protestas populares,  han quedado lecciones para los que nos gobiernan como para los gobernados

Luego de la bocanada de aire que recibió el pueblo panameño, el pasado 28 de noviembre de 2023, la normalidad parece que empieza a recobrarse gradualmente, aunque la ciudad mantiene un aspecto desalentador, marcado por los actos de protestas desarrollados en las calles y en las avenidas, que llevó a los comercios a forrar en madera los escaparates para brindarse protección.

De toda esta experiencia vivida, hemos aprendido una lección tanto los que nos gobiernan como los gobernados. Los que nos gobiernan recibieron la respuesta de una sociedad agotada de muchas mentiras, desatenciones y recetas efímeras de bienestar para tontos que se repiten en forma de espiral y donde solamente cambian los protagonistas, mientras la riqueza de lo que debe ser un país pujante solamente llega a los círculos privilegiados de los allegados al poder.

Mientras que, para los gobernados, se develó que la única forma de ponerle un alto al autoritarismo presidencialista es responder con el doble de fuerza a la agresión recordándole quien los pone y quien los quita.

Aún nos encontramos aturdidos por el fallo de la Honorable Corte Suprema de 27 de noviembre de 2023 hecho público al día siguiente, que confirmó la violación de 25 artículos de nuestra Constitución y que en un lenguaje corriente le dice a la Minera “te vas”.

En los próximos meses, veremos las acciones legales contra todos aquellos que tuvieron que ver con el Contrato-Ley Minero que autorizó la concesión de explotación Minera entre el Estado y la Sociedad Minera Panamá, S.A. lo que será otro hecho sin precedentes ya que todo se desprende del desarrollo de los actos antes, durante y después de la aprobación del Contrato.

La diferencia es que los resultados de estas investigaciones y de los procesos penales que se generen y lleguen a feliz término ocasionara que los procesados deban responder con sus patrimonios personales, por la perdida que el Estado ha enfrentado.

La receta para la tranquilidad social no está en las falsedades ni en los engaños que nos puedan decirnos quienes gobiernan o pretendan gobernarnos. La tranquilidad social se logra cumpliendo al pie de la letra la Constitución, escuchando en forma detenida a los miembros de la sociedad, y teniendo un sistema de justicia que sea independiente que garantice que todo el que pretenda aprovecharse del Estado será sancionado ejemplarmente.

No veo difícil cumplir al pie de la letra la receta para un buen gobierno o para un buen presidente, y que, de esa manera, los frutos de su buen desempeño se vean reflejados en la voluntad popular. Solamente es necesario, dar el primer paso, y lo segundo es detectar con seguridad las personas comprometidas que lo acompañaran durante todo ese camino.

ABOGADO

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