Después del carnaval... intentemos ser responsables

De los pasados carnavales, sólo nos quedan las quemaduras de sol, los malestares posteriores de las ‘resacas', y en muchos casos un pocotón de deudas. Ya todo eso es historia que a ti será el único que le importará recordarlas. Ahora nos toca ahora enfrentar la cruda realidad, cargada de dudas, desesperanzas y de temores.

Todos nos dimos una tregua, nos olvidamos que una guerra está a punto de estallar; que la crisis de la economía global afectará con mayor impacto a los países pequeños, y que el futuro de nuestros hijos y nietos es cada vez más incierto.

Aunque piensen que quien fue capaz de empeñar sus valores personales para ir a carnavalear, está consciente de lo grave de esta situación, con más razón a ellos va dirigida esta reflexión. La semana pasada, los extremos eran alegría y tristeza; a partir de hoy son vida o muerte.

En medio de todo esto, en pocos meses escogeremos a nuestros gobernantes, competencia cívica en la que todos los voto vales igual. De modo que se impone hacer una buena selección, para lo cual se requiere dedicar algo de tiempo en evaluar propuestas, perfiles personales y hojas de vida. Si nos equivocamos, pues pagaremos todos, y si hacemos una buena escogencia, de seguro que nos traerá beneficios a todos.

Lo único que nos salvaría de todo este desastre, sería madurar un poco. Esto se reduce a una simple regla: debes aprender lo correcto cuando no tenemos otra alternativa. Te distancia del error, dejarte llevar por tus verdades, y no por las ajenas. Así que te tienes informar bien, porque para identificar lo bueno de lo malo, sólo debe4s atender informaciones ciertas.

La lección que hoy debe quedarnos bien aprendida, es que si los carnavales te hizo incumplir las promesas de fin de año, las fiestas sólo te hicieron escapar de tu realidad por poco tiempo. Sin importar que me atiendas, el país seguirá su rumbo. Y lo que ignoras, es que hay grupos que aumentan sus fuerzas con tu irresponsabilidad, y por eso se esforzarán por convencerte que la irresponsabilidad también te da momentos de felicidad.

ABOGADO Y JUBILADO