Hay un sector de la fanaticada que está al borde del nocaut. Las bolsas que se reciben diariamente, por tirar golpes no rinden para mucho, el reto de los que trazan metas es acabar con la carestía en corto plazo, la situación es complicada.
Los tricolores no las tuvieron todas consigo en el periodo pasado, lo que provocó el rechazo de la afición que les pasó factura el 5 de mayo. Se habla que algunos de los trompadachines que estaban en la cima soltaron golpes a las arcas del patio y utilizaron la táctica de las botellas.
Lo cierto es que al nuevo monarca pesado le tocará la dura misión de sacarnos de esta crisis del chenchén que nos tiene trastabillando.
Insistimos, en que el monarca de la división de la seguridad tiene que estar más activo, porque la cuadra de los cacos está desatada, igual que en la era de los tricolores y eso es peligroso.
El civil que recibió el fajín tiene que plantarse en el centro del entarimado y montar una ofensiva que frene a la cuadra del mal, que incluso infiltró algunos tinglados públicos, esto nos deja mal parados fuera de nuestras fronteras.
La fanaticada piensa que el monarca pesado tiene la pegada para poner orden y resolver los temas que agobian.