- sábado 06 de agosto de 2016 - 12:00 AM
¿Cuáles reformas electorales?
Al final de las cuentas, dependerá del cristal con que se miren. Y si hay un caso en que el refrán viene como anillo al dedo ese es el de las reformas electorales que, si se cumplen las urgencias aupadas por el Tribunal Electoral, serían aprobadas durante el próximo período de sesiones de la Asamblea Nacional.
El proyecto de las reformas tiene de todo: algunas veces sustancia, otras retórica y bastantes de acomodos circunstanciales. Por consiguiente, que efectivamente sirvan para que en el 2019 tengamos un mejor torneo electoral, dependerá de lo que los señores diputados decidan dejar en el texto que aprueben.
Aunque el paquete de las reformas es muy extenso, mucho más que todas las propuestas anteriores, ello no significa, a priori, que sea una suma de bondades. Y mucho menos podrá considerársele efectivo con base en el porcentaje de su articulado que finalmente se apruebe.
Las normas verdaderamente sustantivas son pocas: las que fijarían el monto de los subsidios electorales que, si se queda el texto propuesto sobrepasarían los 100 millones de balboas; la duración de las campañas políticas, las nuestras se llevan la palma pues son prácticamente ininterrumpidas; la regulación de la propaganda electoral; y el sistema para la adjudicación de las curules de diputados.
Sobre esos temas no hubo consenso en la Comisión Nacional de Reformas Electorales y por lo que ha trascendido en lugar de mejorarlos se hará lo contrario. Por consiguiente, es prioritario que la ciudadanía y las organizaciones que asumen su vocería, como el Foro Ciudadano por Reformas Electorales, se decidan a jugar un rol protagónico para que eso no suceda.
Si frente a las prisas que trata de imponer el Tribunal, a las que por razones obvias se sumarán los partidos políticos, no se logra levantar conciencia para exigir un producto de calidad y no de cantidad, se esfumarán las esperanzas de que el torneo del 19 sea mejor que el del 14.
* Abogado y político independiente
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Las normas verdaderamente sustantivas son pocas: las que fijarían el monto del subsidio electoral