- miércoles 24 de abril de 2019 - 12:00 AM
Cronología, mitos y suicidios para evadir la justicia
El suicidio de Alan García trae a la memoria el caso de Robert Dwyer, tesorero del Estado Pennsylvania, en 1987, fue condenado por corrupción, pero decía que era inocente un día antes de escuchar su condena convocó a rueda de prensa, entregó una carta y se quitó la vida.
También el imperio romano era una práctica común para los caídos en desgracia. La única diferencia era que escogían una bañera para suicidarse.
El harakiri, practicado en Japón, especialmente como parte de un antiguo rito samurái, pretendía lavar las culpas del que se mataba, para que el escarnio no cayese sobre sus herederos y familiares, entre los chinos se suele borrar el rostro de los asesinados para que el alma del sacrificado no los persiga y le cobre las cuentas.
Lo que ocurrió hace 2000 años en el cercano oriente no está muy lejos de lo que acontece hoy, había un imperio interventor extranjero en tierras palestinas, Jesús encabezó un movimiento justiciero, combinado con solidaridad humana y por ello el oficialismo lo persiguió y difamó nunca le perdonaron haber sacado a los fariseos del templo, la derecha conspiró un plan para hacerlo desaparecer por ello compraron a judas.
Tras su muerte los apóstoles pasaron a la clandestinidad para salvar al movimiento, fue así como los primeros cristianos dieron las primeras batallas contra los corruptos y lacayos.
‘He visto a otros desfilar esposados guardando su miserable existencia, pero Alan García no tiene por qué sufrir estas injusticias y circos, dejo mi cadáver como muestra de desprecio hacia mis adversarios, sentencio. el expresidente antes del suicidio.
Dijo no hubo ni habrá cuentas ni sobornos ni riqueza, existe tiempo de rumores y odios repetidos que la mayoría creen verdad he visto como se utiliza todos los procedimientos para humillar, vejar y no para encontrar verdades.
Mientras en Panamá se mueren de la risa porque la vergüenza y pudor no existen, la corrupción es un credo permanente a la impunidad, maledicencia y crueldad contra la riqueza del pueblo.
En el País sigue los gobiernos contratando a Odebrecht porque es más fácil colocarse cuello ortopédico o andar en silla de rueda, para no enfrentar la justicia. Periodista y Docente UP