Al marcarse en el calendario, el inicio del segundo mes de este año 2025, la aparición de banderas tricolor por doquier y la lectura obligada de temática canalera tendiente a echar por tierra argumentos sin fundamento, que apuntan a desvirtuar el funcionamiento de la vía interoceánica en manos panameñas, son muestras de que las crisis son oportunidades. Y es que vale mirar en retrospectiva para avanzar con conciencia ciudadana, en diferentes direcciones.
Esto aplica a la educación donde la cantidad y la calidad resultan esenciales para el desarrollo integral de nuestros estudiantes. De la desidia reflejada en las condiciones deplorables de algunos planteles y la desigualdad en acceso a conocimiento útil y responsable vale migrar al mejoramiento de infraestructura y a la consolidación de la oferta académica. Es posible con voluntad y aporte de todos (autoridades, padres de familia, estudiantes, comunidad, etc.).
Las oportunidades también deben hacerse efectivas para todos los que aspiramos a seguir superándonos con acceso a plazas laborales dignas, a planes para adquirir bienes a precios asequibles, a programas de bienestar y salud efectivos, sin que cuesten “un ojo de la cara”. Y hablando del Canal de Panamá reconocemos que hay crisis del agua así que las oportunidades están en potenciar el recurso hídrico, procurando satisfacer la necesidad local sin menoscabo del entorno ambiental.
