• jueves 08 de agosto de 2024 - 12:00 AM

Corrupción galopa frente a la justicia

Vivimos en un país de rapiña. Los honestos somos más, pero tenemos menos oportunidades

Nuestro artículo de 20/09/2002, en otro diario, expresaba: “Se requiere voluntad política, deponer intereses personales y trabajar juntos por una reestructuración económica, política, administrativa y social, donde se rompan paradigmas y se fuercen las estructuras tradicionales a nuevos sistemas de administración y cooperación”, para lograr certeros beneficios para la población nacional.

En esta página el 21/04/2011, expresé: “Nuestras prisiones están sedientas de hospedar a quienes abusan del erario público, a aquellos que, bajo las sábanas del compadrazgo o inmunidad, derrochan o se apropian de los recursos del Estado.”

“Nuestras cárceles no tienen empresarios, políticos ni ladrones de cuello blanco, solamente el hijo de Juana (hombres y mujeres del pueblo) pagan canas.”

Siempre hemos solicitado auditorías exhaustivas en Juntas comunales, alcaldías, ministerios e instituciones públicas. Las piezas no encajan. Los engranajes de la corrupción socaban la honestidad, así, incrementan salario por amistad o compadrazgos.

Vivimos en un país de rapiña. Los honestos somos más, pero tenemos menos oportunidades.

Los corruptos, mediante argucias e intimidaciones, hacen sentir su “poder”, amedrentando a la población, toda vez que se manejan a través de pistoleros o engranajes políticos, grandes empresas o bufetes.

Ahora, hay una Asamblea diezmada. La mayoría de diputados siguen líneas de partidos políticos, de dirigentes marcados por deshonestidad. De nada sirvió votar y escoger jóvenes primerizos en política, si se manejan bajo la figura del dirigente dinosaurio del partido político; razón principal para que la revocatoria de mandato, por el pueblo, sea obligatoria.

Ya se escucha de proyectos de ley que riñen con la ética, dignidad y honestidad, de los panameños e inconstitucionalidad. Quizás la razón por la cual se habla de judicializar y condenan con prisión el legítimo derecho de cierre de vías. Cuando nuestros gobernantes comprenderán el Artículo 2 de la Constitución, que sentencia: “el poder público sólo emana del pueblo”, como fue el caso de Minera Panamá.

De continuar con las mismas estructuras administrativas de poder, nuestro bello y hermoso Panamá pudiera ser empeñado, embargado o capturado. Dios te salve, Panamá.

Ciudadano en defensa de la población.

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