- martes 11 de febrero de 2014 - 12:00 AM
Contra el olvido
El optimista aprende a aferrarse a aquellos recuerdos inspiradores que le dan fuerzas para seguir en la lucha. Por fortuna, la mente se deshace automáticamente de los recuerdos que atormentan; y los que no, se autodestruyen, debemos depositarlos en el lugar más profundo de la memoria. Pero los recuerdos en los que aparecemos como víctima, por muy dolorosos que resulten, debemos tenerlos de presente en todo momento, pues hay que evitar ‘chocar dos veces con la misma piedra’.
En 2009 el CD, a base de mentiras, capturó la voluntad mayoritaria de los ciudadanos. Pronto pondrían de manifiesto en una cadena continua de desaciertos legislativos, judiciales y administrativos su falta desinterés en gobernarnos con sentido democrático y trasparente. Te hablo del deshonroso reclutamiento de diputados tránsfugas; del injustificado endeudamiento público y del debilitamiento de los controles financieros y jurídicos sobre los recursos estatales, ocultando el fraude tras un ‘mar de prebendas y subsidios’ para los pobres, sin un programa que orientara tan buenas intenciones.
Fracasaron en su demagógica propuesta de abaratar los costos de la canasta básica, y el Metrobús terminó por complicarnos la vida; la basura ahoga a los panameños, con su secuela mortal de dengue; la inseguridad en las calles reina, a pesar del número creciente de policías por las calles, y para desgracia nacional, se destruye ese horizonte esperanzador que habíamos construido con mucha dificultad para nuestra clase media profesional. Hoy, con la cara dura te piden el voto, con el viejo cuento del cambio, del progreso económico, y las grandes obras de infraestructura vial, como si con eso se les pudiera disculpar del deterioro de las condiciones de vida de los panameños.
Nuestra historia demuestra que las luchas populares abrieron amplios espacios de participación ciudadana en una sociedad que tenía reservado a ‘los de abajo’, una vida esclavizada sin oportunidades y derechos ilusorios. Pero ahora, la propaganda oficialista quiere convencernos de sus sanas preocupaciones por los pobres, mismos que prefieren ver haciendo filas y agradeciendo por ‘el salve’ que les ofrece el diputado, que a un pueblo exigiendo en las calles, rectificaciones a sus continuos errores. Si recuerdas, no hubo contemplación alguna por parte de las autoridades para reprimir con saña las recientes revueltas populares ocurridas en Chiriquí, Bocas de Toro y Colón.
Los que apoyaron a Martinelli en 2009, no pueden olvidar que se les engañó. El CD regresa con la figura de ‘Mimito’, implora por una segunda oportunidad ‘dizque’ para darte ‘más cambios’. En justicia merecen que les castigues en las urnas a los que ayer te utilizaron, creyendo que con un ‘jamón y un pavo’ habían comprado indefinidamente tu conciencia y voluntad. Por eso, como dice Rubén Blades: ‘¡Prohibido olvidar!’.
* ABOGADO-DOCENTE