Por impunidad se entiende la omisión de investigar, enjuiciar y juzgar a las personas física y moralmente responsables de leves o graves violaciones a las libertades y los derechos ciudadanos.
La peligrosa esquizomanía de la empresa criminal conjunta, que durante estos cinco años ha imperado, y en la que el irrespeto a la dignidad de la persona humana se convirtió en el quehacer cotidiano de los gobernantes, tanto en lo económico, como en lo social y lo político, entra ahora en la fase del imperio de la impunidad.
Las fluctuaciones arbitrarias de la normas de convivencia que se han venido practicando, acompañadas de cotidianas tensiones entre gobernantes y gobernados, conducen a que las convicciones de libertad, dignidad, justicia, seguridad y equidad que deben sustentar a nuestra sociedad, no se les permite convertirse en conducta y norma de garantía.
En Panamá hoy, los delitos graves y más graves que se dan y que golpean al conjunto de la comunidad, permanecen impunes. Los ciudadanos no se atreven a hablar, los autores no son investigados, ni procesados, ni perseguidos; las autoridades no tienen voluntad o no son capaces de asegurar la justicia, de velar por la seguridad jurídica.
La impunidad imperante y la que se avecina, trae consecuencias más que desastrosas: permite a los autores estar convencidos que se escaparán de las consecuencias de sus actos, ignora la angustia de las víctimas y perpetua los delitos y crímenes de toda naturaleza. La impunidad, casi institucionalizada en Panamá, ha socavado las frágiles instituciones, rechaza y niega los valores humanos que deben imperar y ha envilecido al conjunto de nuestra sociedad.
Es hora de hacer un esfuerzo mancomunado por luchar contra la impunidad que, repito, se ha intensificado durante los últimos lustros. Los llamados “acuerdos de pena”, injertados en nuestra legislación, durante la administración de Varela, solo han servido para nutrir y fortalecer la impunidad. Nos corresponde a todos los ciudadanos sumar e integrar nuestros esfuerzos para obstaculizar esta vorágine de corrupción e impunidad.
