En contra de la discriminación en las escuelas

Personalmente no tengo recuerdos de incidentes que hayan trascendido en mi época estudiantil sobre compañeros de otras razas o estilos que hayan sido atacados por su color de piel o manera de peinarse. De lo que sí me acuerdo es de las filas eternas que se generaban a inicios de cada semana en la entrada principal de los colegios donde estudié  con el propósito de verificar el cumplimiento de los alumnos con las normas establecidas en el reglamento interno.

Hace más de 20 años, cuando ingresé a la escuela secundaria, eran prohibidos los cortes con doble tono, el uso de gel, cabellos pintados y peinados diversos en hombres. Las mujeres la tenían un poco más fácil en cuanto a la forma de peinarse, aunque se les prohibía llevar uñas pintadas, sacarse las cejas y/o pintarse el cabello.

Ya de adulto, fuera del sistema educativo, uno analiza las reglas que regían en nuestra época y las compara con las que tenemos hoy en las escuelas a nivel nacional, y se llega a la conclusión que muchos de estos numerales en el reglamento que aplica para muchos centros educativos se han quedado en el pasado y deben ser ajustados. Sin embargo, se entiende que es un tema de llevar a los alumnos por el camino de la disciplina, el respeto a las normas de un lugar y también un asunto de seguridad cuando se les pide llevar los componentes del uniforme estudiantil en igualdad de condiciones.

En las últimas semanas se han reactivado los grupos de afrodescendientes y afropanameños exigiendo el respeto a sus estilos y cultura como es el uso de trenzas y otras formas de lucir su cabello inclusive en los centros educativos. Aplaudo el movimiento y su mensaje para que los alumnos se sientan orgullosos de sus costumbres y que las den a conocer sin temor a ser discriminados en sus planteles por las autoridades o sus compañeros de clases.

Las solicitudes de grupos organizados de afrodescendientes llevaron a otros movimientos que terminaron con la publicación de un documento por parte del Ministerio de Educación donde se pide a las autoridades de los centros educativos la adecuación de sus reglamentos internos para garantizar la no discriminación de los estudiantes por razón de su etnia y cultura. En las escuelas ahora no se puede prohibir el uso del cabello natural, peinados tradicionales o estilo protector, tales como afro, trenzas, twists, moños, entre otros.

La decisión del Ministerio de Educación es acertada, pero considero que se deben hacer las respectivas regulaciones para que las nuevas disposiciones no sean utilizadas por aquellos que buscan llamar la atención siendo parte de una cultura de indisciplina en las escuelas. Todos sabemos que algunos se peinan o visten de cierta forma por simple moda o rebeldía y no precisamente porque esa sea su costumbre o tradición.

Al margen de lo dicho anteriormente, en una sociedad inclusiva, todos somos iguales y nuestros estudiantes tienen derecho a educarse sin que sus peinados tradicionales o costumbres sean un impedimento para entrar a clases.