Congreso de ingeniería de mantenimiento

Nuestro país se ha convertido en una meca para toda clase de congresos y reuniones, y eso es positivo. Pero más positivo sería que de esos encuentros nos quedaran experiencias que sirvieran para mejorar nuestras prácticas, especialmente las administrativas, que no se requiere demostrar que adolecen de serias, y en algunos casos alarmantes, falencias.

Según una nota proveniente de la Autoridad del Canal de Panamá, la ACP da cuenta de que será protagonista de primera línea en un congreso próximo de ‘ingeniería de mantenimiento' que, como su nombre lo indica, se concentrará en analizar buenas prácticas de ese orden, en las que (se supone porque así insisten en proclamarlo reiteradamente que) la empresa del Canal es un ejemplo positivo.

Como somos un país de grandes contrastes, con toda seguridad a los asistentes al evento de marras se les paseará por el Canal para que admiren y tomen nota de sus prácticas para optimizar la operación del tránsito de buques por la vía interoceánica; pero también, con toda seguridad, se evitará hablar de las prácticas que rayan en el primitivismo, que es la constante en el mantenimiento de nuestras estructuras y bienes públicos, muy particularmente las escuelas, los centros de salud y las calles.

Sugiero que como en ese cónclave se ponderarán los mejores métodos y sistemas de mantenimiento, nuestras autoridades tomen especial empeño en asegurarse de que a él asistan, ubicándolos en las primeras filas, los principales responsables de mantenimiento en todos los ministerios y entidades autónomas y que después, si es que algo se les pega, se organicen talleres prácticos en los que se revise lo que se viene haciendo en nuestra administración pública.

Confieso que dadas las costumbres tan arraigadas hacia la improvisación y los remedios post facto que caracterizan a los altos responsables de las obras públicas nacionales, no cabe ilusionarse con soluciones integrales, pero por algo hay que comenzar.

Abogado y político independiente