- miércoles 15 de noviembre de 2023 - 12:00 AM
De la confluencia y las pasiones
Los detonantes pueden ser muchos y variados, resultando sorprendente común que los pequeños detalles, como una tajada de sandía, una mirada, un árbol, unas declaraciones públicas, una frase o un gesto se conviertan en la gota que derrama el vaso, que puede contener agua, vino, cerveza o sangre.
Los conflictos se pueden cocinar en silencio. Una olla puede contener mucha agua y el tiempo de ebullición puede tardar, pero el momento en que rompe a hervir es uno y es breve.
La mayoría de las guerras se crean por una pretensión que en el camino se va confundiendo con muchas otras que se pueden ir distanciando o diversificando en la búsqueda y el método de solución.
La cabeza de un monarca en la guillotina o la ejecución de una familia completa en un cuarto cerrado fueron una solución, no creo que compartida por todos. Sería interesante preguntárselo a la historia.
Apasionarse es el ingrediente fuerte de sabor que necesita la vida para hacer latir el corazón y tomar conciencia de que la sangre circula y estamos vivos. Cuando la pasión toma el control de nuestra vida y le cedemos el timón, la razón se va acallando y se perturba la claridad de pensamiento. La pasión es el motor, la inspiración, pero el timón debe ser maniobrado en sobriedad para que un plan de acción tenga éxito. Debemos ser los capitanes de nuestra propia vida y aprender a escuchar y a pensar para buscar lo que es mejor para nosotros como personas o como sociedad.
El respeto a la vida humana, vegetal y animal es indispensable en un mundo humanista.
ABOGADA, MEDIADORA, COACH