- lunes 09 de octubre de 2023 - 12:00 AM
El cóndor pasa
Hoy escribo del ejemplo de lucha más grande que mi familia ha tenido, del hombre que dominaba todas las ciencias matemáticas de forma fluida y ágil que hasta me enseñaba los pocos errores en libros de álgebra. Experto hombre de mar y nadador por excelencia, respetuoso y educado con principios y valores profamilia firmes.
Vino de joven a este país y le tocó estar en la refriega de 1964, donde como un joven más de Colón se unió a responder en las protestas a la agresión extranjera a nuestro suelo. Anhelaba no sólo un Panamá libre, sino una Latinoamérica libre y próspera en democracia. Me hablaba de la historia y geografía con una narrativa fantástica, producto de su avidez a la lectura, con cientos de libros y revistas a mi disposición. Pero se tomaba un tiempo especial cuando leía periódicos o veía noticias, para explicarme qué era lo que pasaba en el oriente, las guerras y cuanta cosa de geopolítica mundial, despertando en mí y mis hermanos el interés de la lectura y el análisis agudo de la verdad detrás de todo.
Hombre fuerte de carácter y disciplina, pese a ser dulce para los niños pequeños, sabía hacer justicia y enseñar con el ejemplo, si mis hermanos iban a limpiar con machete en mano, yo no podía escabullirme a las vejigas en las manos, pese a tener buenas notas. El hombre de bien se hace trabajando y estudiando decía, no hay espacio para flojos. Logró que todos sus hijos fueran su orgullo como profesionales y hombres de bien, con conciencia social.
Habla y escribe bien el castellano me decía y no temas a los corruptos. Lo demostró como líder sindical de la Refinería, cuando no aceptó amenazas de frente a un Coronel que les exigía no hiciera un paro en tiempos de dictadura. Hombre de bota y casco que logró con becas sindicales para los hijos de trabajadores, formar médicos, abogados e ingenieros. Se nos eleva como el Cóndor a los cielos y no puedo más que decirte gracias, padre.
Médico y docente