Se les complicó la pelea y piden cacao

Como si no fuera poco la paliza que reciben a diario por el desempleo y las bolsas que nunca alcanzan para nada, los de la esquina de Pablo Pueblo ahora se mantienen tirando puñete en sus propias comunidades por las cartillas tan básicas como la de la basura y las calles dañadas.

Lo más triste es que el pleito es de vieja data y la escusa de la pandemia se ha convertido en el coro de los pugilistas que deberían estar solucionando esos temas, lo que ha encendido los abucheos en las graderías que reclaman un cambio de mando en ambas esquinas a la espera de pronta soluciones.

Un analista deportivo reflexiona que los más beneficiados en estas peleas son los que reparan rines y venden llantas usadas, toda vez que los daños son cotidianos para los de Pablo Pueblo, mientras que por otro lado, otros beneficiados son las pequeñas farmacias vendiendo pomadas y jarabes para quienes enferman por la acumulación de basura frente a sus casas.

Un pleito de trámite, se ha convertido en una batalla campal complicada, donde los campeones no parecen darse abasto y su pegada da mucho que desear en el tinglado.