- martes 24 de enero de 2017 - 12:00 AM
Complicaciones crónicas de la diabetes
La diabetes es una enfermedad que se caracteriza por la incapacidad del páncreas de secretar insulina (tipo I) o por la incapacidad de las células de utilizar el azúcar en la sangre (tipo II).
Esta enfermedad afecta los vasos sanguíneos y, por lo tanto, puede comprometer la irrigación sanguínea de todos los órganos y con el tiempo afectar la función de cada uno de ellos.
Así, por ejemplo:
Ojos: es causa frecuente de ceguera y cataratas. Los diabéticos son más propensos a desarrollar glaucoma. Es por esto que todos los diabéticos deben ir, al menos, una vez al año al oftalmólogo, aunque no sientan defectos de la visión.
Riñones: es, junto a la hipertensión arterial, una de las causa más frecuente de daño renal terminal. Este cambio tampoco da síntomas en las fase temprana, pero se podría detectar en un examen de rutina de orina.
Corazón: El diabético tiene el doble de riesgo de sufrir de infarto al corazón comparado con un no diabético. Además, el diabético tiene entre 2 y 3 veces más riesgo de sufrir una enfermedad vascular cerebral (derrame) que el no diabético.
Pérdida de sensibilidad: el daño a los nervios (neuropatía) puede conllevar a la pérdida de sensación y provocar que no se dé cuenta de los golpes y pueden producirse úlceras en las piernas y dedos del pie. El paciente diabético debe tener mucho cuidado cuando se corta las uñas de los pies.
Otras, como enfermedades de las encías y caries dentales, son muy frecuentes en los diabéticos.
Lo importaste de estas complicaciones es que en su mayoría no producen síntomas y una persona puede creerse sana cuando no lo está. Por eso, es imprescindible que se acuda una vez al año al médico aunque no haya síntomas.
Estas complicaciones se pueden evitar manteniendo un adecuado control de los niveles de azúcar en la sangre, una dieta balanceada, y ejercicios diarios (30 minutos al día).
Ministro de Salud