• domingo 21 de mayo de 2023 - 12:00 AM

Cimarrones en Panamá

El Itsmo tiene una rica historia de cimarrones, hombres y mujeres que secuestraron de distintos lugares del África

Toshi Sakai, investigador japonés autor del documental Cimarronaje en Panamá destaca que son: “personajes que se expresan en su reclamación de vivir libres y, sobre todo, en dignidad”.

Hombres y mujeres africanos, esclavizados para ser utilizados como mano de obra para la construcción de edificaciones, caminos, transportadores de mercancías, el oro, la plata y personas, junto con las mulas, se revelaron contra este sistema opresor, que los cosificaba, maltrataba, explotaba y los mantenia en unas condiciones infrahumanas.

Desde que fueron arrancados y secuestrados de África,los africanos se revelaron, y al llegar al continente, hubo levantamientos y huidas hacia las montañas en busca de la libertad, establecieron los palenques.

Este es el fundamento del cimarronaje; que para 1549 fue una estructura bien organizada. El Dr. Omar Jaén Suárez asegura que “el primer palenque de cimarrones en Panamá se estableció en la parte norte de Darién y aunque fue rápidamente sofocado, no evitó la proliferación de asentamientos similares”.

Entre 1552 y 1558, el líder Bayano “logró reunir a más de 1,200 cimarrones; se registra la rebelión de Felipillo; luego otros líderes, como Antón Mandinga y Luis de Mozambique, organizan levantamientos.

Para 1570 ya existían más 3000 cimarrones en el Istmo, en la época colonial. Gracias a la lucha de estos cimarrones se pudieron establecer palenques, que son símbolos de resistencia, emancipación, autonomía y libertad,  donde pudieron hacer familia, convivir, amar y vivir en paz.

Toshi Sakai los imagina como padres, esposos y esposas, como cazadores, agricultores, pescadores, carpinteros y curanderos, pero sobre todo como protagonistas de una vida y de una cultura que debemos conocer y respetar.

El Itsmo tiene una rica historia de cimarrones, hombres y mujeres que secuestraron de distintos lugares del África, con lenguas diversas, que fueron sembrados en América, con sangre, lágrimas y sudor; obligados a asumir una religión y un lenguaje que no eran suyos. Aún así,  buscaron nuevas formas de comunicarse, organizarse, para resistir y rebelarse, que llevó a debilitar el sistema esclavista colonial.

Recuperar nuestra memoria histórica, nos ayudará a comprender, valorar y respetar, el aporte de los africanos y afrodescendientes, en lo que somos como país.

Excandidata presidencial

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