Chanchullo

  • viernes 05 de diciembre de 2025 - 12:00 AM

Lo que alguna vez se conoció como partida circuital ha tenido una espantosa metamorfosis dentro del ecosistema político panameño. El clientelismo chabacano en contra de los más elementales principios morales y éticos en el manejo de los recursos del Estado.

Para muestra un botón, hoy día se puede realizar una transferencia bancaria o girar un cheque desde la plataforma del Banco Nacional de Panamá con fondos públicos, a una determinada persona bajo la justificación de “donativos”.

La partida circuital no era más que una caja menuda de los diputados utilizada para clientelismo. Esta práctica produjo tal rechazo e indignación en su momento, que la tuvieron que maquillar, creando en su lugar otra figura alterna, donde el diputado triangula estas partidas a alcaldías y a juntas comunales afines.

Con el nuevo esquema, ahora llamado descentralización paralela, se logró disfrazar estos montos entretejidos en los procesos administrativos de la Ley de Descentralización, que permite la asignación de recursos desde el gobierno central a los gobiernos locales, sin tener que entregar directamente estas partidas a los diputados.

Es allí, donde comienza a popularizarse la figura de los representantes, alcaldes y diputados paralelos, una especie de político híbrido capaz de aprovechar las rendijas del Código Electoral, que en sus grietas dispone la posibilidad de que un mismo candidato pueda correr a varios cargos de elección popular durante el mismo periodo.

A través de esta fisura legal, aparecen figuras que, mediante la influencia política de sus partidos, obtienen la posibilidad de correr a representante, alcalde y diputado en paralelo, optando luego por la opción más conveniente y dejando a sus suplentes a cargo de las juntas comunales y los municipios controlados por ellos mismos.

Es el negocio político perfecto, ya que, luego de encerrar al ministro de Economía y Finanzas en el cuartito de la Asamblea, presionándolo con la aprobación del Presupuesto del Estado, convenientemente comienzan a aparecer transferencias de partidas a determinados municipios y juntas comunales, afines a estos diputados con varios sombreros políticos.