- lunes 22 de abril de 2024 - 10:53 AM
Carta de despedida a un compañero de trabajo: Polidoro Pinzón
El servicio que brinda el funcionario público siempre ha estado bajo la lupa, pero yo conocí a un colaborador que durante sus 32 años de trabajo fue ejemplo de cómo se debe servir a la nación, su nombre es Polidoro Pinzón, que sirvió como Director del Programa Redes de Familia en la regional del Ministerio de Desarrollo Social (MIDES) en la provincia de Coclé.
Padre de familia, esposo y un compañero de trabajo que le gustaba el trabajo en el campo. Cuando el deber lo llamaba no dudaba calzarse las botas para recorrer campos adentro con el objetivo de transmitir sus conocimientos como técnico agrícola a familias vulnerables.
Vivió para servir y eso hace grande a una persona, porque le da señorío, casta, un valor que pocas personas persiguen en la vida.Personalmente, lo acompañé a giras de trabajo en las apartadas comunidades de Don Juan, Tavidal, Quije Arriba y Río Chique Quije en el corregimiento de Las Huacas en la provincia de Coclé, donde dirigía a grupos de mujeres que desarrollan emprendimientos sostenibles.
Dirigió proyectos exitosos, que le permitieron a mujeres rurales incursionar por primera vez en cultivos de cebolla, repollo, arroz, maíz y su diversidad de hortalizas y tubérculos.
También dirigió proyectos de acuicultura con estanques de tilapias.Fui testigo de su don de docencia, porque a través de su vasta experiencia les enseñó a los grupos familiares técnicas avanzadas de agricultura, que les permitió a estas mujeres implementar por primera vez sistemas de riego e invernaderos.
Su trabajo me permitió documentar los proyectos que realizan las instituciones en el campo. Un trabajo que va más allá de jornadas laborales de ocho horas.
Un trabajo anónimo, un trabajo desinteresado, que encuentra su recompensa en los estrechones de mano y las muestras de agradecimientos de hombres y mujeres humildes que mejoraron su calidad de vida gracias a ese compromiso desmedido.
El trabajo que realizó Polidoro Pinzón tuvo la magia de transformar a amas de casa en emprendedoras empoderadas. Estas mujeres no solo recibieron la asesoría técnica de un hombre versado en temas agrícolas.
También encontraron un servidor presto a transmitir todo lo que sabía sin esperar nada a cambio.Su inesperada partida sin duda deja un vacío que nadie podrá llenar, pero también nos deja una enseñanza y una lección de vida a los funcionarios de cómo se debe servir a un país.
Este artículo tiene una sola intención; destacar la labor y la entrega de un colaborador que deja una huella imborrable en las personas que lo conocieron.
También les hace honor a los colaboradores: Virgilia Rodríguez; Rossana Ramos y Nicomedes Nieto que fallecieron junto a Polidoro Pinzón mientras realizaban una gira de trabajo.Siempre lo vamos a recordar compañeros, que Dios les reciba en su santo seno y gracias por las lecciones de vida que nos enseñaron.