- jueves 05 de abril de 2018 - 12:00 AM
Calígula (o Botita)
Calígula. Perverso. Enfermo, pero imputable. Aberración, aberrante y aberrado. Tu sangre es elchisme. Amas conocer las intimidades de los otros, sobre todo de tus enemistades reales y ficticias. Arrasas teléfonos. Sigues gente. Fotografías a la víctima. Te engulles la foto, sin rollo. Disfrutas las pisadas de los otros y los asaltas cuando se disponen a hacer el amor.
Robar el erario te entretiene y te lleva al éxtasis. Droga en dosis múltiple el saqueo.
Neutralizas a tu hermano. A tu antiguo amigo. Donde escribes ambición, anulas al prójimo. Donde filtras la avaricia siempre infortunio y donde proclamas codicia, aplaudes sepelio del niño desnutrido.
Envenenas el corazón de la gente y te da risa. Te mueres de carcajada, Calígula contemporáneo del trópico. Dejas una estela de dolor a tu paso. Amasas fortuna, la fermentas e inoculas una enfermedad contagiosa, la de la adulación, que corroe mentes blandas. Sicópata y sociópata. Pata. Pato. Sin zapato.
De mente y demente. Te vanaglorias de que tu antecesor rapta mozas, goza del sexo con Agripina, Drusila y Julia Livila y las obliga a prostituirse. Extravagante. Degenerado. Imbécil. Corrupto. Amante de la perversidad y la conspiración.
Impotente, robar el erario y financiar sus empresas te llevan al éxtasis sexual, Botita. Irascible, derrochador, caprichoso, enfermo de todo tipo. Enfermo sexual.
Alardeas de tu frenesí y de tu perversión. Descubres la intimidad de tus hermanos y celebnras a carcajadas. Émulo de Caín: Calígula de hoy. Generas hambruna con tu robo. Muchos de adoran como aquellos que adoraron al romano.
Incítato, no importa su esencia caballar, postulado para ser cónsul y sacerdote.
Botita, no creas que te vas a salvar. No te corresponde cielo. Ese está vedado para ti. Ya no tienes salvación. No podrás comprar ni santo ni jerarca. Tu lugar es el infierno, Calígula. No tienes derecho a purgatorio ni a limbo, ni nada de nada. Vas a podrirte en el infierno.